Aire, tierra o mar, esto no es vida
Identidad 05/06/2019 11:40 am         


El Día del Ambiente nos toma echando humo



Buscas la palabra plástico en las redes y con argumentos de peces muertos y pelícanos atragantados estalla la parábola del fin del mundo. La vida parece claudicar ante la capa o más bien montaña de bolsas, botellas, pitillos, vasos, platos, cucharitas, envoltorios, guantes y todo cuanto se fabrica con este compuesto orgánico, sintético y semisintético modelable, elástico, de plasticidad que se sumerge en los mares para tragedia de las ballenas; este material que contiene sustancias derivadas de petroquímicos y se arruma en botaderos para agobio de todos los que vamos por la vida con pulmones; este elemento que soporta estoico los rayos del microondas y prácticamente es indestructible.

Casi imposible de digerir por la Naturaleza, puede un objeto hecho de este componente mantenerse firme por 450 o quizá más años. Leonardo Da Vinci, inmortal desde hace 500 años, hubiera podido enviar una botella de plástico al océano con un dibujo suyo y posiblemente aun flotara.

Se calcula que se producen unas 140 millones de toneladas de plásticos al año y salta a la vista, no de las ballenas, que gran parte de esta sobreabundancia termina flotando o hundida en playas o mar adentro donde ocupa un sitial difícil de desechar: equivale a 80% de la basura marina. Se recicla una buena parte, pero un tercio se queda haciendo de las suyas en la Naturaleza: Greenpeace asegura que cada minuto se vacía un camión de plástico en el oceáno. Las perspectivas alarman: el uso del plástico —materia prima de casi todos los artefactos, herramientas, cosas que llevamos, manipulamos, tapamos, desde aros para cargar las cervezas hasta helicópteros— se cuadruplicará. Es que al parecer resulta más barato producirlo que reciclarlo. Pero ¿no podría cada quien llevar su termo cuando va a comprar café? 

Isla de basura es tres veces mas grande que Francia

Tan desalentadora su invasión como su efecto tóxico, los estudiosos están persuadidos, a decir verdad, de que a estas alturas reciclar ya no basta: el plástico debe dejar de producirse y de usarse. Solo contemos las bolsas: al año se fabrican más de 500 billones en el mundo. Pero el plástico afecta a la tierra, el agua y el aire: nada escapa a su influencia enfermiza. Y es que es dañino desde el momento mismo de su producción. Gestándose libera gran cantidad de toxinas en el ambiente. Ni qué decir cuando es quemado cuando se pretende borrarlo de la faz de la Tierra. Es de los principales contaminantes del medio ambiente. ¿Cómo detener esta desmesura? ¿Seremos bolsas? Se considera cancerígeno ¿cómo no parar?

Por si fuera poco, es aconsejable enfocarnos no sólo en la toxicidad del plástico. Si entender cuánto nos afecta debe conducirnos a tomar medidas drásticas —sanas—, no es menos urgente contener el smog que emana de los automóviles y fábricas. Cuando se anuncian carros eléctricos y la energía que emana del petróleo parece ir camino al desuso, los índices de contaminación siguen pintándose de rojo, tan dramáticas como el plástico estas emisiones que nos quitan el aliento.

De hecho, para llamar la atención sobre los efectos de la contaminación atmosférica, este año los países del mundo, según acordaron en las Naciones Unidas, concentrarán sus esfuerzos en el aire. Y este 5 de junio se anunciará que es tarea en lo sucesivo esforzarnos con ahínco en cuidar el oxígeno, atención taladores y gentes que echan humo. Propone la ONU hacer foco en la atmósfera, el espacio, la respiración entrecortada, y que nos convirtamos en evangelizadores de la causa: contaminación del aire. Son muchas y variadas las causas que comprometen la capa atmosférica; el aire que respiramos está saturado de impurezas.

Dedicarle en el calendario un día al ambiente, un día para debatir exclusivamente el espinoso tema de la contaminación y del cuido de los recursos, tema que toca intereses y sobre todo intereses vitales, fue decisión de la comunidad de naciones en 1972. Cada 5 de junio en lo sucesivo debía la gente pensar en la Naturaleza, acaso en nuestra naturaleza humana. Fomentar el debate. Conscientizar-nos ¿Ha servido de algo? Viendo cómo el recalentamiento global tiene al planeta cabizbajo, la idea ahora tendría que ser cortarle tiempo a la discusión y asumir todos que urge tomar medidas, y apoyar iniciativas a favor del planeta pero ya.

Mientras Al Gore desde su apostolado a favor de la doctrina de la vida peregrina por medio mundo llevando la palabra cuidado en todas sus charlas y demuestra lo comprometida que esta la vida en la Tierra, la verdad es que todavía en algunos países incluso el mismo Estados Unidos desdeñan lo que llaman teorías alarmistas no realidades en las narices: todavía el asunto parece exageraciones de comunistas, agoreros que camuflan con datos embusteros su animadversión por la libre empresa.

Pero no se puede tapar el sol con un dedo, no puede nadie quedarse de brazos cruzados, hay tanto que hacer y tan poco tiempo que no queda otra opción que poner manos a la obra. Están siendo amenazadas varias especies, como las jirafas de Rodesia, que ven achicarse su hábitat mientras el hombre canibaliza la selva y desaparecen los arroyos; hay menos de 600 ejemplares del mamífero de largo cuello. Quedan pocos elefantes en Africa. Se deshielan los polos, para zozobra de osos y sube el nivel del mar para angustia de todos cuando lo que debería subir es el volumen del grito. 

La fauna marina muy afectada por desechos humanos

Nos necesitamos todos, cada especie, cada hoja, cada gota, aunque el hombre parece haber entendido que responsabilidad —estar a cargo sin ser el rey de la selva, y envidiando las capacidades amatorias del león que puede copular hasta 50 veces en un día— es disponer. No contenerse. Tiranizar.

El aire contaminado afecta la calidad de vida de todos los seres, súmense los humanos y con ello el equilibrio climático del planeta. A ello se deben los distintos eventos meteorológicos negativos que causan daños terrestres permanentes. Toca fajarnos. En todos lados se cuecen habas. Aquí, con todo y lo verde, no estamos exentos. Al contrario.

Leer, tomar partido, reciclar, ahorrar energía y recursos, amar el mundo. Una ducha de 10 minutos consume 200 litros de agua; puede ser muy placentera pero los que tienen aun el preciado líquido a tiro de grifo favor no malgastar el recurso. En Venezuela, país de potencialidades hídricas fantásticas y también donde se desvían, represan, embaúlan, desecan y contaminan ríos, 60 por ciento de las selvas protectoras de los afluentes del sur, gracias a la explotación del llamado Arco Minero, están poniendo en peligro la fauna, la vegetación y sin duda las aguas. 

Leer, tomar partido, reciclar, ahorrar energía y recursos, amar el mundo

Tiempos complejos, mantenernos en estado de alerta, de consciencia. Los chicles, compuestos de gomas de resinas naturales, sintéticas, azúcar, aromatizantes y colorantes artificiales ¡contienen 80% de plástico! Es decir, que pueden durar cinco años debajo de aquella mesa y tirado en la calzada donde acaso pueda desintegrarlo antes el sol; pero en el ínterin es posible que los pájaros confundan la goma de mascar con comida y morir a causa de asfixia al intentar digerirlo. Ajá. El filtro de los cigarrillos tiene un tiempo de degradación que frisa los diez años, y sus componentes son contaminantes. Ajá. Una pila común puede contaminar hasta 3.000 litros de agua, y pueden demorar en degradarse entre 500 y 1.000 años. El mercurio, contenido en casi todas las pilas (aparte de arsénico, zinc, plomo, cromo o cadmio), es uno de los metales más tóxicos conocidos; al entrar en contacto con el agua se origina el metilmercurio, un derivado que contamina gravemente la biosfera marina. Los aerosoles contenían CFC (Clorofluorocarbono) que afectaban la capa de ozono, menos mal que ya no.

La montaña de basura más alta de Nueva Delhi (India) está en camino de elevarse más que el Taj Mahal el próximo año, convirtiéndose en un símbolo fétido en la ciudad más contaminada del mundo, según la clasificación difundida por la ONU. El vertedero tiene ahora más de 65 metros de altura y, al ritmo actual de crecimiento, en 2020 será más alto que el icónico templo (en la ciudad de Agra), con unos 73 metros de altura. Empeñados en alcanzar el cielo a como dé lugar, parecemos interesados en adelantar el acabose. Pero ¿no extasía la vida, con sus descomedimientos y pasión? ¿su belleza? ¿No es una tentación vivir y confirmar que nos cobija compartir el latido? En Suecia importan materiales para reciclar, aquí podría exportarse a granel, pero ¡fue clausurado el Ministerio del Ambiente!

Se dice que quienes cantan en coros terminan teniendo el mismo ritmo cardíaco, respiran al unísono, convienen sus narices, sus corazones, su pálpito en asumirse como un todo. ¿Qué nos pasó que dejamos de oír la Tierra? ¿Qué perturbó nuestros tímpanos? 





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