El Dólar Mata y Cura
Análisis 11/03/2020 07:00 am         





Por Egildo Luján Nava

El tema de la dolarización ha sido muy controversial en todos los sectores de la economía nacional. Hay connotados economistas que la defienden en Venezuela y otros que se oponen a la misma.

Algunos de los argumentos emitidos en favor o en contra -y que son muchos- indican, inclusive, que la dolarización terminará por eliminar la autonomía y discrecionalidad del Banco Central y sus consecuencias. Otros, en cambio, terminarán dándole valor patrio al signo monetario, nombrado como tal en Honor al Libertador Simón Bolívar, y recurriendo al argumento de que la Nación estaría cediendo su autonomía económica, entre tantas otras razones adicionales.

En contraposición a los que se oponen, algunos alegan en favor de la misma manifestando que al dolarizar, se eliminaría la discrecionalidad del Gobierno sobre el valor de la moneda, al eliminar o restringir la autoridad del Banco Central sobre la misma. Y se haría limitando así los malos y turbios manejos, como las posibles corruptelas, pero, además, se estabilizaría el poder adquisitivo del ciudadano al no haber fluctuación relevante en el valor del signo monetario, y se frenaría la hiperinflación actual.

Hoy el ciudadano y el país en general requieren, independientemente del gran deterioro y la tragedia humana que reina en Venezuela, darle solución urgente al precario nivel del ingreso ciudadano, de igual manera, al denigrante "Salario Mínimo" que limita su capacidad de compra, para mitigar sus más mínimas necesidades. No es posible, por inhumano, mantener como salario diario mínimo oficial $ 0,20 o Bs.15.000 (incluido el bono alimentario) equivalente a Bolívares 450.000, o $ 6 mensuales. ¿Cómo puede ser esto posible, cuando un café -o un marrón, como se le denomina en Venezuela- vale en una panadería Bs.60.000, es decir, el equivalente a cuatro días de trabajo?

De acuerdo a los parámetros de las Naciones Unidas, un ingreso diario menor a un dólar, es considerado miseria. De manera que el ingreso oficial de un trabajador, decretado oficialmente en Venezuela, entraría en la clasificación de esclavitud o infra humano. Sin ninguna duda, podríamos concluir en que esa situación se podría catalogar de violación oficial a los derechos humanos de millones de venezolanos que, como trabajadores públicos, reciben esos sueldos miserables. Es oportuno señalar que ya esa escala de sueldo es inexistente en la economía privada. En ella, inclusive, conscientemente complementan los salarios básicos con bonos u otros conceptos, mejorando así el ingreso mensual de sus trabajadores.

La conveniencia de dolarizar la economía nacional en estos momentos es necesaria, además de inminente. El caos y la crisis actual, además de la corrupción y de la incertidumbre reinante, se lograría controlar al atar y adoptar, como moneda circulante, el dólar, la moneda más fuerte y estable del mundo. Consecuencialmente, se frenaría la desbocada inflación en Venezuela, hoy catalogada como la más alta del mundo, y, a su vez, se eliminaría la posibilidad de manipular por parte del Gobierno de turno, usando el valor de la moneda como arma política de dominación, según las conveniencias del momento.

Es evidente que en la actualidad, ante el altísimo grado de degradación y destrucción del tejido socioeconómico nacional, el país requiere un "Shock Profiláctico" correctivo a todo nivel y sector. No obstante que destacan en la emergencia nacional, el hambre, la salud ciudadana y la seguridad. La precariedad es tal que los venezolanos rompieron las barreras históricas de la emigración. Al día de hoy, casi un 20% de la población emigró huyendo por hambre y miseria, marcando récord histórico en el continente americano.

La dolarización frenaría la inflación y se reactivaría la economía, la banca nacional recuperaría su razón de ser, al poder otorgar créditos sin correr el riesgo de una descapitalización y quiebra. Al eliminar el encaje legal asfixiante que hoy es un 100%, se restauraría el crédito y se reactivaría el deprimido y necesario sector de las compañías de seguros. Logrando así una revitalización vigorosa, además, activando todos los sectores económicos.

Simultáneamente, y en forma inmediata, se debe oficializar un salario mensual mínimo digno, acorde con los parámetros económicos de la región, que hoy ronda entre $250 y $300. Obviamente, habría que hacer todos los ajustes económicos necesarios, propiciando que el ciudadano pueda vivir dignamente y cubrir sus necesidades básicas.

El tema de la salud pública, igualmente en precaria y lamentable situación, al dolarizar se reactivarían las importaciones de equipos, repuestos y materias primas. De igual manera, los laboratorios productores de medicinas se reactivarían, mejorarían los inventarios de medicamentos en farmacias y hospitales.

Al reactivar la economía nacional, producto de la dolarización como razón principal, se regularizaría la situación asistencial de los hospitales y clínicas. Simultáneamente, y para mayor celeridad, se debería permitir la llegada de la ayuda humanitaria ofrecida internacionalmente, coadyuvando a resolver la triste situación de salud ciudadana existente.







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