Por Equipo de Política


Suele decirse que una palabra en apariencia la màs inocente puede desencadenar hasta una guerra. El domingo 5 de julio a propòsito de los 2O9 años de la Independencia en el marco del tradicional acto que preside el Jefe del Estado, el ministro de la Defensa Vladimir Padrino Lòpez pronunciò el discurso de rigor este año en el Panteòn Nacional. Una ceremonia tradicional con un acento esencialmente històrico. En esta ocasiòn el jefe militar que ocupa el cargo desde el 2014, se refiriò a una reciente declaraciòn de un grupo de ciudadanos agrupados en el llamado Grupo Avila fundado hace catorce años por el embajador Edmundo Gonzàlez y que reúne a diplomàticos, analistas, académicos y estudiosos de la problemàtica nacional, en la cual insisten en la necesidad y conveniencia de una asistencia internacional frente a los alcances de la crisis venezolana.

Por primera vez, el tema de la soberanía que constituye la esencia de la celebración independentista entra en juego en la compleja polarizaciòn que atraviesa el paìs. En los últimos años la posibilidad de la intervenciòn militar foranèa “esta sobre la mesa” según los principales voceros de la Casa Blanca y ya se han registrado actos concretos como la reciente “Operaciòn Gedeòn” desde Colombia apoyada y estimulada pùblicamente por sectores nacionales. En ese marco, y sin duda al calor emocional de la oratoria, Padrino Lòpez hizo afirmaciones susceptibles de ser interpretadas de modo èrroneo y apresurado. Por ejemplo afirmó el vocero militar: “mientras exista una fuerza armada como la que hoy tenemos, antimperialista, revolucionaria, y bolivariana nunca podrán ejercer el poder polìtico en Venezuela. Yo creo que es bueno que lo entienda esta facciòn de maleantes, politiqueros, que se han atrevido a poner en un comunicado allì, un adefesio de comunicado exigirnos a nosotros mayor compromiso, cuando la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ha dado demostraciones concretas de su interès patriótico en defender la integridad de nuestro espacio geográfico….”


LAS ELECCIONES DE DICIEMBRE

En respuesta los sectores opositores han asumido las palabras del ministro como una amenaza a un posible triunfo opositor en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. Es lógico entonces que cobren fuerza ataques, y amenazas de ambos sectores en pugna. El Grupo Avila respondiò en el tono siguiente: “Esta grave declaración militarista no puede ser obviada por los sectores democràticos y se impone su repudio terminante. El militarismo es una degeneración hipertrófica de la profesión militar, que tiende a convertirse en una usurpaciòn, por parte del estamento militar del poder de autodeterminaciòn del pueblo, al utilizar ilegimamente la fuerza de las armas que el mismo pueblo le otorga en custodia”.

El tema ya convertido en eje de la discusión nacional ha tenido nuevos desenlaces. Por ejemplo, figuras reconocidas como Maria Corina Machado, Antonio Ledezma, Diego Arria, Humberto Calderòn Berti y Enrique Aristeguieta Gramcko; en un documento entregado el jueves 9 a la prensa emplazan a Juan Guaidò y al sector que le apoya en la Asamblea Nacional a ofrecer explicaciones de diversas materias sobre las cuales aùn no existe conocimiento público. El eco de las palabras del ministro Padrino gravita en gupos que incluso a partir de ellas, consideran ya cerrado el camino electoral sin mayores explicaciones.


NUEVO ALTO MANDO

Mientras tanto el 7 de julio Nicolàs Maduro ratificò como ministro del Poder Popular para la Defensa al general Valdimir Padrino Lòpez cargo que ejerce desde hace seis años, al almirante Remigio Ceballos Ichazo Comandante del Comando Estratègico Operacional, asì como a los generales Fabio Enrique Zavarse y Gregorio Bernal Martìnez en la Guardia Nacional y la Milicia Bolivariana y Pedro Alberto Juliac Lartiguez en la Aviaciòn Militar; asi como nuevos responsables de otras àreas claves de la FANB. No deberìa olvidarse que Maduro define su gobierno como Civico-Militar y para Diosdado Cabello también cabrìa la palabra de Policial.