Por Trina Acevedo


Según varias oenegés, 11 personas han perdido la vida desde el inicio de esta crisis migratoria donde se estima que son al menos 4.000 migrantes, la mayoría proveniente de Medio Oriente, que se encuentra bajo temperaturas gélidas en la frontera entre Polonia y Bielorrusia.
El martes las fuerzas de seguridad polacas lanzaron gases lacrimógenos e hicieron uso de cañones de agua en respuesta a los migrantes que arrojaron piedras mientras intentaban cruzar al lado polaco. El hecho dejó nueve policías heridos, uno de ellos de gravedad. Solo ese día fueron más de 160 intentos para cruzar la frontera la cual está cercada con alambres de púas y con un despliegue de más de 10.000 efectivos donde unos 6.000 son militares.

Las autoridades de Polonia estiman se han registrado más de 32.000 intentos de entrada ilegal durante lo que va año desde territorio bielorruso. Esta misma semana Polonia anunció que dará marcha en diciembre a la construcción de un muro que dividirá ambos paísespara intentar frenar la crisis migratoria.

El proyecto, que se aprobó hace dos semanas, consiste en el levantamiento de un muro de cinco metros de altura y 180 kilómetros de largo que representa casi la mitad de toda la frontera de los países europeos. El muro contará con postes de acero de cinco centímetros, bobinas de alambres con púas y una cámara con detector de movimiento que será financiado por el gobierno polaco teniendo un costo de unos 335 millones de euros.
Mientras tanto, Letonia comenzó a levantar una valla provisional en su frontera con Bielorrusia. El ministerio del Interior de Letonia aseguró que el país no se enfrenta a intentos masivos de cruzar la frontera como en Polonia, pero “mañana será cualquier otro Estado de la Unión Europea” el que se vea afectado, según el ministerio de Asuntos Exteriores de España.

Los países de la Unión Europa y Estados Unidos acusan directamente al gobierno bielorruso de orquestar una oleada migratoria para desestabilizar la región con apoyo de Rusia, algo que Minsk y Moscú desmienten. Señalan a Bielorrusia de poner en funcionamiento toda una red de tráfico de migrantes para dirigirlos a la UE con “paquetes turísticos” donde los migrantes pagan a agencias de viaje, presuntamente creadas para este propósito, las cuales incluyen traslado a la frontera una vez que están en suelo bielorruso.

Los residentes de Minsk aseguran que cientos de personas acampan en centros comerciales y entradas de edificios residenciales de toda la ciudad. Para que a Bielorrusia no se le saliera la situación de las manos, se cree que esto provocó que las autoridades volvieran más estrictas las condiciones para entrar al país. Todo esto sucede luego de un incremento de sanciones por parte de la UE y Estados Unidos a Bielorrusia por la polémica reelección del presidente Alexander Lukashenko en agosto de 2020 que provocó que miles de personas salieran a la calles para exigir la salida del llamado “último dictador de Europa” las cuales fueron fuertemente reprimidas.

Rusia y China fueron de los países que apoyaron los resultados electorales de esos comicios. La tensión se incrementó aún más en mayo del 2021 cuando un avión que iba de Grecia a Lituania fue obligado a aterrizar en Bielorrusia cuando pasaba por su espacio aéreo donde viajaba Román Protasévich, uno de los líderes más destacado de la oposición bielorrusa, y fue llevado a prisión.