Sorpresa en la casa Amarilla
Análisis 18/09/2019 11:00 am         


Por Arquímedes El Greco: Surgen nuevas sorpresas políticas que se veían venir



Arquímedes El Greco

En un sobresaltado clima de confusión dado por el fracaso de las reuniones de diálogo de Oslo y Barbados entre el gobierno de Nicolás Maduro y una parte de la oposición (el llamado G4: Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo); la activación de los mecanismos del TIAR solicitados por el Asamblea Nacional y su presidente Juan Guaidó a la Organización de Estados Americanos (OEA) y que contempla “el empleo de la Fuerza Armada” para una eventual intervención; la profundización de la crisis económica, social y política, aunados al endurecimiento de los ataques del gobierno de Trump a Maduro y de éste contra Guaidó, surgen nuevas sorpresas políticas que se veían venir.

El lunes 16 la decisión de los jefes de la denominada “Concertación por el cambio”, integrada por los partidos minoritarios de la oposición: MAS, Soluciones, Avanzada Progresista y Cambiemos, Felipe Mujica, Claudio Fermín, Luis Romero, (Henry Falcón) y Timoteo Zambrano, de hacer una operación política y reunirse con la administración de Maduro, personificada en los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez, Aristóbulo Isturiz y Jorge Arreaza, para explorar un acuerdo mediante el cual el Polo Patriótico se reincorpore a la AN y el regreso de los parlamentarios perseguidos y exiliados; además de la escogencia de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) en ese cuerpo legislativo; la confección de un programa de intercambio de petróleo por alimentos y medicinas; el rechazo a las sanciones estadounidenses y la liberación de algunos presos políticos, ha puesto un nuevo ingrediente en el complejo y ultrapolarizado cuadro político nacional y en la búsqueda de acuerdos necesarios para salir de la crisis.

Juan Guaidó, quien el martes 17 fuera ratificado como presidente de la AN para el próximo año, calificó de irresponsable el acuerdo firmado en la Casa Amarilla. “Aquí hay propuestas muy claras para atender la emergencia, lograr estabilidad, gobernabilidad; ya el régimen ha intentado esto antes. Poner ahora pañitos de agua caliente es irresponsable y sádico”, afirmó al reconocer que nunca hubo diálogo como tal por parte de la administración madurista. Indicó también que en cambio se le hizo una propuesta de solución, incluyendo a la Fuerza Armada Nacional, la conformación de un Consejo de Gobierno de transición plural, la renovación del CNE, elecciones y separación del poder por parte de Maduro, libertad para presos políticos y garantías a los actores del acuerdo. “Por eso abandonaron el proceso y tienen seis semanas escondiéndose”, remató el líder parlamentario. Ambas posturas, sucintamente analizadas por Carlos Blanco en su artículo del miércoles en El Nacional “Entre diálogos te veas” concluye así: “Obviamente los nuevos dialogantes no tienen ni un ápice de la representatividad de Guaidó que encarna la voluntad de la AN, el apoyo de más de 50 países y un liderazgo nacional del cual aquellos carecen; por esto, Guaidó solo podría recuperar su papel, averiado por los zigzags, si abandona el sectarismo y se vuelve representativo de toda la oposición democrática”.

Mientras, la dirigencia del G4, aparte de Alianza Bravo Pueblo, Vente, La Causa R y Copei que aún el miércoles no habían fijado posición sobre el tema, si bien Henry Ramos, Secretario General de AD al reincorporarse a la AN manifestó en tono retador: “Vengo hoy porque el PSUV dijo que se va a incorporar, y es necesario que yo esté aquí para integrar el quórum y para nutrir el debate. Yo quiero debatir con ellos, cara a cara, la situación trágica del país, el pudridero en que han convertido a Venezuela, sobre cómo han violado la Constitución, los derechos humanos, sobre los 506 presos políticos y gente que ya cumplió su sentencia y no la excarcelan”, lo cual puede interpretarse como una suerte de reconocimiento sutil y a la distancia al acuerdo logrado por los grupos minoritarios que han puesto en evidencia la debilidad del gobierno, a lo que se suma la liberación de Edgar Zambrano, vicepresidente de AD y de la AN, bien recibida por la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, solicitada por ella, junto a la de los detenidos Roberto Marrero y Juan Requezens, entre otros prisioneros políticos.

Aparte de esa opinión, las redes sonaron sus alarmas y hasta El País de España fue rudo en su apreciación de los hechos al señalar: “El paso dado por estos dirigentes ha caído muy mal y ha sido interpretado como una artera puñalada a los esfuerzos adelantados por Guaidó por concretar el fin de la usurpación y la transición a la democracia en el país”.

Los firmantes del acuerdo, al cual se han sumado personalidades como Eduardo Fernández y el analista político Leopoldo Puchi, alegan que la situación está estancada y no sale de dimes y diretes entre el gobierno y una parte de la oposición que no ha tenido tampoco la conducción más exitosa, justificando de esta manera su postura de que había que hacer necesariamente algún intento que permitiese comenzar a desenredar la maraña venezolana que lleva ya un tiempo de parto, nueve meses, en que los avances no muestran con claridad la salida de ese oscuro túnel. “Hemos decidido dar un paso adelante para recuperar el tiempo que por la incomprensión de muchos y los errores de todos hemos perdido”, dijo Zambrano en nombre de la “Concertación por el cambio”.

Felipe Mujica del MAS destacó que hicieron proposiciones inmediatas, donde no se evita ni se trata de impedir que cualquier factor político que tenga interés se pueda integrar y participar, a diferencia de lo que se venía haciendo anteriormente, cuando no se permitía que ningún otro sector de los ya designados (G4) pudiera participar en algún tipo de discusión. Hoy se abre la posibilidad de que el oficialismo regrese al Parlamento y se recupere la AN para el diálogo, la negociación y la política con el objeto de construir soluciones pacíficas para Venezuela. Un primer paso, consiste en tener un CNE nuevo, constitucionalmente elegido” Destacó que esta acción es consecuencia de una política “sostenida y coherente” que busca salidas distintas a la polarización y la confrontación entre venezolanos. “Nunca hemos negado -dijo Mujica- que hemos conversado con todo el mundo en Venezuela y nunca hemos tenido inconvenientes en decir que tenemos reuniones políticas con factores políticos de aquí y de allá, porque tenemos amigos que están en el gobierno, así como también, en el sector ‘guaidocista’ de la oposición”.

A su vez Nicolás Maduro, saludó la firma de los acuerdos alcanzados con ese sector de la oposición: “es un paso para avanzar hacia la convivencia y la paz”, destacó que están preparados para ser invitados a retomar los puntos del diálogo donde sea, cuando sea y con quien sea, según lo requiera el gobierno de Noruega, resaltando que a través de Jorge Rodríguez mantenían desde enero conversaciones con el enviado de Guaidó, el exministro Fernando Martínez Mottola. Al mismo tiempo, el primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, informó que los diputados de la tolda volverán a la AN tras la reunión en la Casa Amarilla.

¿Adónde va todo esto? ¿Una jugada que le da cuerda al gobierno? ¿Una posibilidad de flexibilización? ¿Una zancadilla a Guaidó? ¿La evidencia de que la oposición sigue fracturada? ¿Qué piensan los diversos grupos opositores? ¿Valorarán como positivos la reintegración de la AN, el nombramiento de un nuevo CNE, la libertad de presos políticos o considerarán como una traición la nueva jugada?

El espectáculo de políticos opositores despellejándose en público y los torpedos verbales son reveladores de que el campo de batalla no parece ser precisamente el ideológico. Valga para la oposición el axioma de pensar con cabeza fría y corazón ardiente. Indira Urbaneja en El Nacional del miércoles escribió sobre “La rebelión de los excluidos” y recordó que, en medio de un combate, todo aliado es valioso, lo estratégico es sumar, no restar”. Recordaba también las enseñanzas de Clausewitz y SunTzu dejadas de lado o no leídas por los conductores políticos. 

Por ahora se espera que el Departamento de Estado a través del subsecretario adjunto Carrie Filipetti, ofrezca la respuesta norteamericana a la situación nacional; ya que el martes la Unión Europea estableció en una declaración que continúa pensando que “una solución política negociada es la única manera pacífica y sostenible para salir de la crisis”; y que para "tener éxito" en lo planteado, es necesario "el respaldo de la Asamblea Nacional, dirigiendo los esfuerzos hacia el objetivo político claro de llevar al país a unas elecciones creíbles". Nuevamente recordamos la famosa frase del muchacho de Rubio: “Amanecerá y veremos”.







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