CNE en la ruta del voto
Análisis 24/11/2019 05:00 am         


Por Carlos Roque: En el corto plazo se espera conformar un nuevo CNE con participación de los partidos políticos, sino también de instancias y organizaciones de la sociedad civil



Recientes hechos abren la posibilidad cierta de la conformación de un Consejo Nacional Electoral (CNE) de naturaleza plural con el apoyo del oficialismo y sectores de la oposición representados en la Asamblea Nacional, e incluso las organizaciones del G4 (Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia y Voluntad Popular) que aún insisten en la línea abstencionista, pero que en este caso ofrecen su apoyo a la selección de precandidatos para conformar un nuevo ente electoral. Tras el encuentro el lunes 18 de noviembre en el Palacio de Miraflores entre Nicolás Maduro y los representantes oficialistas y la llamada Mesa de Diálogo Nacional según se conoció se avanzaron en acuerdos concretos en esta dirección.

Podría decirse de esta manera que en el corto plazo se espera conformar un nuevo CNE con participación no sólo como de costumbre de los partidos políticos, sino también de instancias y organizaciones de la sociedad civil. De ello concretarse sería un paso de avance para garantizar una participación abierta de los sectores opositores en futuros eventos electorales el primero de los cuales al parecer será la convocatoria a las elecciones parlamentarias del 2020 cuando justamente vence el periodo constitucional correspondiente. De darse estas condiciones perdería fuerza la prédica de la abstención que se sustenta justamente en que la actual integración del ente comicial no garantiza la confianza necesaria para la realización de una consulta abierta y democrática y con las condiciones mínimas de transparencia que aseguren la participación mayoritaria de la población.

¿QUÉ DECIDE EL G-4?
En este contexto el llamado Grupo G-4, se enfrenta una clara definición toda vez que en la práctica su diferencia fundamental con los partidos que conforman la Mesa de Diálogo Nacional, encabezada por Avanzada Progresista, el MAS, Cambiemos, Soluciones y de alguna manera con el consentimiento de COPEI, consiste en el dilema participación o abstención el cual marcó la consulta del reelección presidencial del 20 de mayo del 2018, que bajo cuestionamientos favoreció a Nicolás Maduro. Obviamente, un nuevo CNE que no obedezca a la línea oficialista de manera directa como el actual y en el marco de nuevas condiciones, ofrecería un cuadro capaz de estimular una concurrencia mayoritaria a las urnas.

¿Es ello posible? Existen por supuesto dudas tomando en cuenta numerosos antecedentes, el primero de los cuales supone que en el oficialismo exista en verdad el interés en despejar la sombras del ventajismo que de alguna manera han estado presente en las últimos consultas. Más aun si se toma en cuenta que los sondeos de opinión y la más elemental percepción ciudadana constatan la caída vertiginosa de los niveles de aceptación y apoyo de Nicolás Maduro y de las organizaciones oficialistas.

Sin embargo, todas las mediciones de opinión indican el crecimiento de la intención de voto en los mismos grupos que apostaban a la línea abstencionista. Entre otras razones porque en la práctica se ha comprobado que el abandono de espacios en las gobernaciones, alcaldías, consejos regionales y municipales han contribuido a fortalecer el control madurista sobre los espacios claves del Estado y colocado en desventaja la fortaleza de los partidos a nivel regional y municipal. En consecuencia, de aplicarse la misma política en el caso de la AN (salvo que ocurra un impredecible cambio de gobierno) ello significaría entregar a los partidos oficialistas el único bastión bajo control opositor y que ha permitido entre otras cosas la elección de Juan Guaido como presidente de la AN y su autoproclamación como gobernante alterno con amplísimo apoyo internacional. Al mismo tiempo en el seno de los partidos se constatan manifestaciones contrarias a la no participación por cuanto en términos prácticos resienten la disminución de su capacidad operativa toda vez que abandonan espacios y recursos que son indispensables para la confrontación política.

EL CUADRO INTERNACIONAL
En la medida que se agravan las tensiones políticas en el escenario latinoamericano con los casos ya conocidos de Chile y Bolivia, cuyo desenlace en ambos casos pasa por la consulta popular y cobra fuerza la participación en la urnas aunque ya es suficientemente conocido que todos los conflictos incluso los armados concluyen como vías de solución con la consulta popular ¿Es acaso distinta la situación venezolana? ¿Acaso la historia del país no ha demostrado que en las circunstancias mas difíciles el recurso del voto opera como un mecanismo necesario y conveniente? En los días siguientes en el seno del G-4 se hará cada vez más intenso el debate sobre esta materia toda vez que la “Operación Libertad” encabezada por Guiado en la práctica ha sido y es una campaña electoral en el mejor sentido de la palabra. 







VISITA NUESTRAS REDES SOCIALES
© 2024 EnElTapete.com Derechos Reservados