Ahora todos quieren ser Latinos
Bulevar 15/05/2022 08:00 am         


“Desde siempre le he dejado claro a la gente que nunca voy a hacer un disco que sea igual a otro”, dijo la estrella del pop mundial



Por Isabella Herrera


La mayoría de las estrellas del pop moverían cielo y tierra para asistir a la Met Gala. Pero para Bad Bunny, una de las figuras más idiosincráticas de la música, solo era otro lunes por la noche. “Obviamente estoy contento de que me hayan invitado”, dijo mientras giraba de un lado a otro en una silla giratoria de cuero en los venerados Electric Lady Studios de Nueva York, cuando faltaban unas 48 horas para el exclusivo evento de alta costura. “Sé que ese día va a ser algo emocionante. ¡Pero tengo mucho trabajo esta semana!”, afirmó.
El lunes pasado, anunció que será el protagonista de una película de acción de Marvel, interpretando a un personaje del universo de Spider-Man llamado el Muerto. Dos días después estaba filmando videos musicales en Puerto Rico. Además, se preparaba para la promoción de su cuarto álbum de estudio, Un verano sin ti, que se lanzó el viernes.

En la gala del lunes, Bad Bunny, cuyo nombre de pila es Benito Antonio Martínez Ocasio, lució un mono de lino color crema —personalizado con mangas abullonadas y una falda— que fue diseñado por Riccardo Tisci para Burberry. En los estudios de Electric Lady, mientras le daba los toques finales a su disco y trabajaba en material nuevo, lució un look Benito por excelencia: unos shorts rosa pastel, una chaqueta de punto azul a cuadros y un sombrero de ala ancha color salvia. Su muslo izquierdo está cubierto de tatuajes, incluido el corazón con cara triste que aparece en el arte de su nuevo álbum, y un contorno de su patria, Puerto Rico. Su muslo derecho tenía un solo diseño: el logo de Pokémon Go.

Desde su debut en 2018, Bad Bunny, ahora de 28 años, ha sido casi imparable, combinando pop punk, synth-pop, bachata, dembow y reguetón en su camino para convertirse en una superestrella mundial. Lanzó dos LP en 2020, incluido El último tour del mundo, el primer álbum completamente en español en alcanzar el número 1 en la lista Billboard 200. Y, durante dos años seguidos, ha sido el artista más reproducido en Spotify.
La historia del ascenso mítico de Bad Bunny desde su trabajo como empacador de supermercado en el pequeño pueblo de Vega Baja hasta convertirse en el abanderado de una nueva generación de artistas de reguetón y trap se ha convertido en una especie de fábula folclórica. En los últimos años, también se transformó en un renegado de la moda, un crítico social, un luchador semiprofesional y un actor en ciernes. En julio, hará su debut cinematográfico en Tren bala, una sangrienta película de acción en la que peleacontra Brad Pitt. Bad Bunny dijo que entrenó con especialistas durante semanas para prepararse. “Siempre quise actuar y se me dio la oportunidad, pero no sabía que de las primeras iba a ser ahí con Brad Pitt”, dijo en tono incrédulo. “Al final del día sigo siendo la misma persona que he sido siempre”, agregó. “Eso es lo importante, lo que tienes que saber. A mí no me debe importar lo que el mundo mira de mí, sino lo que yo sé que soy”, continuó. “Con eso yo soy bien feliz”.
Bad Bunny ha abordado cada uno de sus discos con un objetivo explícito. “Desde siempre le he dejado claro a la gente que nunca voy a hacer un disco que sea igual a otro”, dijo. Pero, más allá de la ambición de mezclar géneros, también se ha negado a hacer concesiones para cumplir con las convenciones de la industria, especialmente las de los artistas de habla hispana. “Yo podía hacer un tema con qué se yo, Miley Cyrus o Katy Perry”, explicó refiriéndose a YHLQMDLG, su primer álbum de 2020. “Pero no, yo estaba haciendo ‘Safaera’, con Ñengo Flow y Jowell y Randy. Y me metí en el mundo entero con el underground de Puerto Rico, ¿entiende? Eso me hace sentir orgulloso de lo que represento”.
El cantante explica que su trabajo en Un verano sin ti tiene un toque más ligero: “Es un disco para ponerlo en el verano en la playa de playlist”. Se basó tanto en sus experiencias recientes como en la nostalgia de los días del pasado. “De chamaquito mi familia solía irse al West de vacaciones”, dijo, refiriéndose a la costa de Puerto Rico. Para Un verano sin ti decidió explorar el lado Este, cerca de Río Grande y Fajardo. La mayor parte del disco fue grabado allí y en República Dominicana.
Un verano sin ti es un disco pop, pero no necesariamente simple. Bad Bunny lo llenó de electrizantes interruptores de ritmo, raps provocadores y sintetizadores astrales. El disco se inspiró en un espectro expansivo de la música caribeña: las canciones del amado salsero Ismael Rivera, el dembow dominicano y grupos como Buscabulla, que aparecen en la canción “Andrea”. “El disco es bien caribeño en todo sentido, con los reguetones, con los mambo, con todos esos ritmos y me gusta que sea así”, dijo Bad Bunny. Aunque su carrera a menudo lo lleva lejos de casa, siempre está cerca de Puerto Rico; a veces, todavía pronuncia las “r” con la entonación gutural, como que vienen desde el fondo de la garganta, tan común del Puerto Rico rural. Y todavía tiene ese sentido del humor caribeño. Cuando se le preguntó qué iba a hacer en la Met Gala, bromeó entre risas: “Yo quiero hookah”.
En el mambo mutante de “Después de la playa”, Bad Bunny canta en un micrófono en vivo sobre la banda dominicana Dahian el Apechao, haciéndose eco del estilo de Omega “el Fuerte”, el artista del merengue experimental. “Titi me preguntó”, una pista de dembow que cambia con un final de sintetizador de película de terror, y la participación de Kiko “el Crazy”, el excéntrico cantante de dembow que suele teñir su cabello en tonos rosas.
Un verano sin ti también incluye colaboraciones con artistas independientes como Marías y Bomba Estéreo, y se sumerge profundamente en las texturas diáfanas del dream-pop y melancólicos interludios de sintetizadores que se sienten vastos e íntimos. El paisaje sonoro recuerda a artistas de indietrónica como M83, pero Bad Bunny y sus productores Tainy, MAG y La Paciencia lo sumergen en un brillo caribeño. Tanto MAG como Bad Bunny se inspiraron en el exuberante synth pop de Buscabulla, y el cantante dijo que escuchó Regresa, el álbum del dúo en 2020, una y otra vez durante la cuarentena.

“Era domingo de Pascua y recibimos la llamada de un conejito”, bromeó el multiinstrumentista del dúo, Luis Alfredo del Valle, en una entrevista telefónica. En “Andrea”, Bad Bunny presenta el retrato de una mujer puertorriqueña que espera vivir la vida en sus propios términos, y la vocalista de Buscabulla, Raquel Berríos, asume la voz de ese personaje. “Sentí que el coro tenía que tener mucho peso sobre lo que significa ser una mujer del Caribe”, dijo Berríos. “Nunca había trabajado tan duro en una canción”. Del Valle comentó sobre la “inclinación indie” de Bad Bunny. “Es bastante noble que tenga esa plataforma y esté dispuesto a atraer a personas que generalmente no están en ese ámbito”, dijo. Berríos coincide y comenta: “La música debería ser así. Debería ser libre”.
Bad Bunny tiene una sensibilidad musical que ejemplifica cómo lo convencional se sustenta en las iniciativas de lo alternativo; una manera que le gusta para hacer grandes declaraciones en la industria. En otras canciones, el cantante hace comentarios sociales más directos.
Como pasó con “Estamos bien”, “El apagón” es una canción que capta tanto la belleza como la tragedia de la vida puertorriqueña. La composición hace referencia a los apagones que persistieron después de que un consorcio privado se hizo cargo del manejo de la energía eléctrica de la isla el año pasado. Pero también incorpora citas divertidas del reguetón de la vieja escuela, incluida la letra lasciva del mixtape “Fatal Fantassy” de DJ Joe. Incluso termina con una despedida para los inversionistas que han llegado a la isla en busca de exenciones fiscales, elevando los precios de las viviendas y desplazando a los lugareños. “Que se vayan”, canta Gabriela Berlingeri, la novia de Bad Bunny. “Esta es mi playa / esta es mi tierra”. “Este es un tema mío, de mi corazón”, dijo Bad Bunny, explicando que escribió la letra para que la cantara Berlingeri. “No quería buscar a una artista famosa. Quería alguien que lo cantara por amor, porque es un mensaje sincero”, agregó.

En un momento de “El apagón”, Bad Bunny declara en español: “Ahora todos quieren ser latinos”, en referencia a la repentina avalancha de músicos que “no tienen que ver con la cultura latina” y ahora cantan en español o coquetean con el reguetón. “Aunque uno puede sentirse orgulloso y feliz de eso, en el fondo uno dice…”, hizo una pausa. “‘¿Ahora, cabrones? ¿Por qué no antes?’”. Durante mucho tiempo, la industria de la música despreció a los artistas latinos, segregándolos en sonidos y estéticas predecibles, dijo. “Era como una línea así gigante, una muralla, nosotros estamos acá y ustedes allá”. “No es una crítica, como para que no lo hagan”, dijo. “Pero acuérdate que eso es de acá y que sabemos manejarlo como se debe”.
Bad Bunny sabe que está en constante evolución. Al igual que las luminarias musicales cuyos discos se alinean en los pasillos verdes de los estudios Electric Lady, él entiende que su carrera se define por la reinvención. “Yo no creo que vaya a estar haciendo reguetón a mis 40 años. De eso estoy seguro”, dijo. Pero no está seguro de lo que le espera en los próximos 10 años, tal vez algunos álbumes más o papeles más destacados en Hollywood. Mientras giraba en su silla alta, una pequeña sonrisa se le dibujaba en el rostro. Por supuesto, es natural que un hombre tan ocupado esté tramando su eventual salida del centro de atención. “Yo espero estar tranquilito en una casa con una hacienda y un caballo, o dos caballos”, dijo sobre su futuro.

The New York Times.






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