Serie televisiva que batió los récords más codiciados, mayor audiencia (en algunos capítulos más de 90 por ciento de encendido a favor), y mejor pago en su hora a los actores del elenco (Jennifer Aniston, quien interpretó a la fashionista y tenaz Rachel Green, consiguió para ella, y el equipo se benefició de seguidas con la conquista, el ¿sueldo? de un millón de dólares por capítulo), la celebérrima Friends se volvió adicción y posteriormente referente en la industria del entretenimiento. Todavía hoy, a 25 años de su estreno —duró una década—, soporta con gracia el paso vertiginoso del tiempo, que en Hollywood, donde hacen versiones de películas de diez años de antigüedad, es como un molinillo de carne.

Show de comedia que recreó la cotidianidad y fue retrato en vivo de una sociedad en proceso de rupturas y el café donde quedó a la vista la nata de sus prejuicios (seis amigos independizados y abriéndose camino se esfuerzan en comprender las diferencias culturales, de religión, de tendencias sexuales de ellos y los demás), es precisamente en la cafetería Central Perk el escenario ancla donde ocurre todo o casi todo, amén del apartamento de Mónica Geller (Courtney Cox Arquette), chef y anfitriona de la junta de seis. Allí, en el Central Perk, se encontraban, tenían conversaciones ordinarias y dramáticas, lloraban y por supuesto reían, y aplaudieron a la hippie y delirante Phoebe Buffe, interpretada por Lisa Kudrow.

Ni las tres actrices ni los tres actores (Matt Le Blanc, Mathew Perry, y David Swimmer), en control de sus carreras, más o menos visibles, quisieron interpretar una versión de la saga en el cine, a modo de consagración, aunque, persuadidos de que era un anhelo de sus fanáticos, se lo propusieron más de una vez. Los productores, sin embargo, han tenido una idea en 3D que conmueve ya a medio mundo. El mítico sofá naranja donde se reunía la cofradía estará circulando por Estados Unidos y Europa como objeto de culto en peregrinación y acaso cada quien se proyecte sobre él como su personaje favorito, o en alguno de los visitantes celebérrimos del programa, Julia Roberts, Brad Pitt, Resse Witterspoon, Bruce Willis, Sean Cheppard, Robert De Niro, Billy Cristal, que hicieron importantes cameos.

Teleserie clave de la sitcom (comedia de situaciones) que se estrenó el 22 de septiembre de 1994 en Estados Unidos, sus creadores quieren celebrar de esta manera inédita el éxito de la ficción, y Warner Bros anunció que ya ha realizado 30 réplicas del icónico mueble para que recorra el mundo provocando jaleo. Viene pues el juego del sofá, y será asombroso dar con ellos, los sitios escogidos son escenarios de locura.

En Estados Unidos se ubicarán sofás naranjas en lugares tan asombrosos como el Gran Cañón de Colorado o en el Empire State de Nueva York. A partir del próximo 1 de octubre y hasta el 30 de noviembre habrá sofá naranja en el Palacio Real de Madrid, dos meses en los que seguro se formarán largas colas, advierte la prensa española como quien adivina gozo (en Venezuela la palabra cola dejó de tener, por ahora, esa acepción), donde seguro lograrán la mejor instantánea en el mítico mueble. Multiplicados como panes, invitan los organizadores de este singular performance a sentarse también en los más sofás naranjas que pondrán en el London Eye, en la Calle Abbey Road y en la Torre de Londres. En la Stonehege (Reino Unido) y en Fuente Ross de Edimburgo. En el Festival Internacional de Cine de Venecia, en el Castillo de Cardiff, en la Fuente del Tritón de Roma, en Sony Center de Berlín y en los Jardines del Palacio Real de París.

En Venezuela podría producirse, a propósito, una protesta con sofás (después vendría la de los divanes para consultas gratuitas, Jorge Rodríguez solo como paciente) con los colores de la bandera o negro luctuoso o blanco paz en todas las ciudades. Dispuestos en el medio de la calle, debatiríamos, bienvenido el reencuentro, la conquista de la libertad y la democracia en lo que sería una enorme sala situacional. Y todos reconociéndonos panas, todos friends.

—FNL