Es cierto, el país vive un cuadro de complicaciones que naturalmente se reflejan en la población y este es un hecho que no necesita de mayor comprobación. En mi trabajo constato ese cuadro y procuro aportar elementos que faciliten el optimismo y la esperanza. Por ejemplo, tengo la experiencia de que muchas de las personas con quienes he trabajado y que han decidido el camino de la diáspora ahora regresan y se incorporan a tareas en el país, porque en definitiva se trataba de situaciones estrictamente personales que se reflejan aquí pero también en otro lugar sea cual sea el que escojan como salida.

Es un tema muy vigente y que se discute mucho en el mundo, porque refleja que además de los grandes cambios científicos que ha facilitado el manejo de la tecnología digital también este fenómeno impacta a la familia, es decir, tiene un efecto humano en el condicionamiento y en las costumbres de los jóvenes que ya forman parte de las generación “millennials” a la cual yo también pertenezco y ahora a los jóvenes llamados “Z” a los cuales por cierto pertenece mi hija.

Sin duda, lo he constatado en mi trabajo como conferencista y en el caso de mis pacientes y esto es importante destacarlo también, en la respuesta de la opinión pública porque yo mantengo el programa “Psicología al día” en la emisora Kiss FM 101.5 a las 9:00 am y 8:00 pm, de lunes a viernes que tiene una respuesta favorable que me permite decir que los venezolanos somos optimistas en relación al futuro de su país.