Pico Bolívar
Los “techos del mundo” en América Latina
Tocar el Cielo con las manos
“La paz de la naturaleza fluirá dentro de ti como lo hace la luz solar dentro de los árboles. Los vientos soplarán su frescura en vosotros y las tormentas su energía, mientras que los cuidados caerán como hojas de otoño,” escribió John Muir en Our National Parks. Y todos sabemos que salir a la montaña y desconectar de la tecnología aumenta nuestra capacidad para solucionar problemas de forma creativa. Pocos saben que la ONU estableció un Día Internacional de las Montañas, una fecha para “crear conciencia de la importancia que tienen las montañas para la vida".
En América Latina tenemos cordilleras que exhiben montañas entre las más altas del mundo. Son hermosas, imponentes, sobrecogedoras, llenas de misterio y leyendas, atractivas e inspiradoras.
Algunas son volcanes, dormidos o despiertos. Otros macizos nevados y serranías interminables. Algunas establecen fronteras, otras señalan el punto más cercano al sol. Las hay que marcan récords, como el Chimborazo, de gran significación histórica, que registra el punto más alejado del centro de la Tierra.
Comenzamos por el Aconcagua, casi tan alto como el Everest…
Aconcagua: Ubicada en la Provincia de Mendoza en el oeste de Argentina, con 6 mil 960,8 metros sobre nivel del mar (msnm), es la montaña más grande de Latinoamérica. Es también la segunda a escala mundial de mayor altura relativa, detrás del Everest.
Aconcagua
Ojos del Salado: Con 6 mil 891,3 msnm, este estratovolcán está enclavado sobre el límite entre Argentina y Chile, perteneciente a la cordillera de los Andes. Es el volcán más alto del mundo, y la segunda cima más alta de los hemisferios sur y occidental.
Huascarán: Es un macizo nevado ubicado en la cordillera Occidental de los Andes peruanos, específicamente en la Provincia de Yungay, dentro de la región Áncash. Mide 6 mil 768 metros y posee tres picos: la cumbre norte con 6555 msnm, la cumbre sur con 6768 msnm y la cumbre del Chopicalqui al este, con 6354 msnm.
Llullaillaco: Este estratovolcán de 6 mil 739 msnm está ubicado en la Cordillera de los Andes, en la frontera de Argentina y Chile, entre la Provincia de Salta y la Región de Antofagasta. Es el cuarto volcán más elevado del planeta, la sexta montaña más alta de América, la quinta más alta de la Argentina, y la tercera de Chile.
Sajama: Es un estratovolcán ubicado en el Parque Nacional Sajama al oeste de Bolivia en el departamento de Oruro. Forma parte de la Cordillera Occidental y es el pico más alto del país con 6 mil 544 msnm.
Ausangate: Esta cumbre de 6 mil 372 msnm está situada a unos 100 kilómetros al sureste de la ciudad del Cusco en Perú.
Chimborazo: Con 6 mil 268 mts, es el volcán y montaña más alta de Ecuador y el punto más alejado del centro de la Tierra, es decir, el punto más cercano al espacio exterior, razón por la cual es llamado como "el punto más cercano al Sol".
El Chimborazo
Las montañas más altas de América del Sur se encuentran en la cordillera de los Andes, que alberga los 103 picos principales y secundarios de más de 6.000 m de altitud. Aparte de los Andes, hay que ir hasta la Sierra Nevada de Santa Marta, en Colombia, para encontrar el pico Cristóbal Colón (5.776 m), que es el más alto prescindiendo de la gran cordillera de los Andes y el más alto de Colombia. El cerro Aconcagua, el más alto de todo el continente americano, es una de las consideradas «siete cumbres» del el planeta.
De una altura menor, el pico Bolívar es el accidente geográfico más alto de Venezuela, con una altitud oficial de 4.978 msnm. Forma parte de un conjunto de picos ubicados en Sierra Nevada dentro del parque nacional homónimo en la Cordillera de Mérida.
Otra de las cumbres más hermosas del continente, también en Venezuela, es el Pico Espejo, uno de esos extraños lugares en los que una persona puede encontrar paz y silencio en este mundo tan agitado de hoy. Es un enclave muy alto, realmente impresionante, a veces envuelto en neblina y a veces con un sol radiante que tuesta la piel. Un sitio donde podemos ver el viento pasar, haciendo cabriolas con las nubes, al sortear los picos nevados. Es un lugar para ver el horizonte y pensar en lo que queda más allá. Es el techo del mundo en que vivimos en Venezuela, a 4.765 metros de altura sobre el nivel del mar, en la cordillera de los Andes de Mérida.
Techos que no tienen fin porque parecen juntar el cielo con la tierra. Lugares cercanos a Dios.
Tomado de Aleteia
