Luces de la ciudad - city lights (1931)
Bulevar 17/11/2019 05:00 am         


Por Francisco A. Casanova S.: City Lights resultó ser la empresa más dura y larga de la carrera de Chaplin.



Francisco A. Casanova S.

En la historia del cine, muy pocos cineastas han reunido la condición de productor, director, guionista, actor y compositor, y cuando un cineasta, además de reunir estas condiciones, ha creado un personaje perdurable y conmovedor, estamos en presencia de un Genio, de un Maestro del Cine llamado Charles Chaplin. Nacido en Londres en 1889 y fallecido en Suiza el día de Navidad de 1977, Chaplin es considerado uno de los mejores cineastas de la historia del cine americano y mundial. Una de sus obras maestras y tal vez la más hermosa, compasiva y humana es City Lights (Luces de la Ciudad) de 1931. Chaplin la produjo, dirigió, escribió, actuó, compuso la música y su protagonista fundamental es el personaje creado por él, llamado “The Tramp”, “El Vagabundo”, o “Charlot”.

La película empieza en una plaza cuando un grupo de personalidades se reúnen para la inauguración de un monumento que representa "Paz y Prosperidad". El velo que cubre la estatua cae y revela que, acurrucado encima de ella está el “Tramp” o el “vagabundo” el cual huye al ser descubierto.

Más tarde ese mismo día, después de una serie de contratiempos con la policía, insolentes periodistas y unos muchachos en la acera, se encuentra con una joven invidente vendiendo flores en la acera. El “Tramp” se conmueve por su patetismo y belleza, mientras que la casualidad del portazo de la puerta de un auto la lleva a creer que se trata de un hombre rico.

Esa noche, el “vagabundo” disuade a un millonario errático y alcohólico de suicidarse. Este nuevo conocido demuestra ser un amigo cariñoso y generoso cuando está borracho, pero distante y hostil en su estado sobrio, a la mañana siguiente. Al encontrar a la florista ausente de su lugar en la esquina de la calle, el “vagabundo” visita la pobre habitación donde vive. Se entera que una costosa operación podría devolverle la vista. El “vagabundo” se esfuerza por recaudar el dinero para el alquiler no pagado de su apartamento, él trabaja como limpiador de calles y como luchador de premios. Afortunadamente se encuentra de nuevo con el millonario, que le da el dinero que necesita. Le entrega el dinero a la florista antes de que lo acusen de robarle al millonario, sobrio y olvidadizo, y sufre la cárcel. Meses más tarde y ya liberado, deambula por las calles y por casualidad pasa por la elegante floristería propiedad de la ya curada florista, siempre con la esperanza de conocer a su benefactor, a quien ella supone rico y guapo. Ella se divierte con el vagabundo que pasa, se apiada de él y le da una flor y una moneda.

Hay varios elementos que rodearon la realización de esta Obra Maestra que deben ser analizados: el periodo en quese rodó, el personaje del vagabundo y la narrativa.

Chaplin empieza a rodar City Lights en 1928, una película silente, un año después de la aparición del cine sonoro. Le llevó 3 años rodarla y se estrenó en 1931 en pleno auge de las películas habladas, por lo que City Lights es un desafío de Chaplin a la moda, a la corriente, y a la industria del cine. Él era un fiel creyente del cine mudo, había aprendido a decirlo todo sólo con imágenes, y algunos subtítulos, pero estaba consciente que el público quería películas sonoras. Las películas mudas ya constituían un anacronismo. Él consideraba que el cine sonoro había venido a estropear el arte más antiguo del mundo, el arte de la pantomima, y aniquilaba la gran belleza del silencio. Sin embargo, él acudió en Los Angeles, como espectador anónimo, a las películas sonoras a observar las reacciones del público e incluso hace en su estudio algunos ensayos de cine sonoro. En este solapamiento de técnicas cinematográficas, como hace con ese personaje creado por Chaplin, y que protagonizó muchas de sus obras maestras, ¿es posible que “el vagabundo”, “the tramp” o “Charlot” hable?, no, es imposible, sería desnaturalizar su gran obra, su gran creación. Chaplin era el maestro titiritero de su propia marioneta. Según Georges Sadoul, “…el Vagabundo nació mimo, alguien para quien el lenguaje corporal es su manera de hablar. Él existe, de alguna manera, en un plano diferente respecto a los otros personajes; permanece fuera de su mundo, es juzgado por su apariencia, no tiene ni casa, ni amigos de verdad, ni familia y se relaciona con el mundo a través de sus actos. En “Luces de la ciudad”, sus únicas amistades son gente que no lo ven o que realmente no pueden verlo: un millonario borracho que se duerme y no lo reconoce o una florista ciega”. El “vagabundo” permitía a Chaplin, dominar la disciplina de comunicarse sin palabras, a través de las facciones de la cara, el movimiento de los hombros, la forma de caminar. Al inicio de la película, en la secuencia en que retiran el velo de una estatua, y el “vagabundo”está durmiendo en ella, Chaplin bromea con la audiencia y su propia industria del cine, al introducir en la secuencia, sonidos secos, ininteligibles, tratando de parodiar el cine sonoro. La secuencia en que el vagabundo se encuentra con la florista invidente es un ejemplo de lo perfeccionista que era Chaplin, ya que se tomó 8 días y 300 tomas en su realización, siendo una de las secuencias más notables del cine por su sincronización y por la lógica empleada. El vagabundo está en medio de la calle, tratando de llegar a la acera y el embotellamiento no se lo permite, por lo que abre la puerta de una limosina y sale por la otra puerta, dejándola abierta y se topa con la florista invidente. El queda prendado, le compra una flor, ella le agradece y le acaricia la mano. Se separan y en ese momento llega el dueño de la Limosina y cierra la puerta. El vagabundo se queda inerte y la invidente, por el sonido del carro cree que quien le ha comprado la flor es un potentado y a partir de ahí, Chaplin genera el malentendido que rodea toda la película, hasta la secuencia final. Según Roger Ebert, “Si se conservase sólo una de las películas de Charles Chaplin, “Luces de la ciudad”, representaría al máximo todos los matices de su genio. Contiene las payasadas, el patetismo, la pantomima, la coordinación física sin esfuerzo, el melodrama, la picardía, la gracia y, por supuesto, al Pequeño Vagabundo, el personaje del que se dijo fue la imagen más famosa de la Tierra”. La película combina drama con comicidad y compasión. Logra escenas cómicas legendarias como la pelea de boxeo en la que se desarrolla un ritmo que funciona como un mecanismo de relojería, con una coreografía en que Chaplin como boxeador se encuentra entre el árbitro y su rival.La relación con el magnate alcohólico y la más importante de todas, el amor del vagabundo por la florista invidente, y todo su esfuerzo por conseguir el dinero para la operación que le permite recuperar la vista, esfuerzos que lo llevan a sufrir cárcel. La secuencia final es uno de los finales más dolorosos y conmovedores que haya producido el cine (G. Cabrera Infante). El vagabundo sale de la cárcel, más andrajoso que nunca, vagando por las calles hasta que ve en la vidriera de una tienda de flores, a su amada florista con la vista recuperada. Ella no sabe que es el quien la ayudo y se le acerca para darle una flor y ella al presionar su mano, lo reconoce por el tacto. Los dos se miran enigmáticamente a los ojos el uno al otro.Es el momento en que la miseria, la compasión y la vida se dan la mano. Luces de la ciudad es una historia simple de 2 almas perdidas en una gran ciudad. Además de Chaplin como “el vagabundo”, la película es protagonizada por Virginia Cherrill, como la florista invidente y Harry Myers como el alcohólico millonario. Fue su última película silente, aun cuando le introdujo música, pero no diálogos. La película está llena de “gags” que le permitían transmitir su humor a través de imágenes, sin el uso de palabras, por lo que es una adorable pieza de narrativa visual. City Lights resultó ser la empresa más dura y larga de la carrera de Chaplin. Para el momento en que se completó, habían pasado dos años y ocho meses, con casi 190 días de rodaje real.

Las películas de Charles Chaplin no pasan de moda. A pesar del paso del tiempo y de ser tesoros del cine mudo, muchas de sus historias siguen vigentes y llenas de actualidad. El gran dictador y su crítica al fascismo, El inmigrante, que muestra cómo se estigmatiza a los extranjeros que buscan nuevas oportunidades y el niño o de casi todas las historias del vagabundo, su gran personaje, y la pobreza, que no termina.

Charles Spencer Chaplin fue director, actor, escritor, compositor y productor. Muchas de sus películas, y sobre todo las más importantes, fueron financiadas, escritas, actuadas y dirigidas por él.Cuando llegó a Estados Unidos, consiguió un contrato para trabajar con Keystone Studios y en 1914 apareció en el corto de 15 minutos, Between Showers donde estrena su famoso personaje del vagabundo. A partir de ahí comenzó a aparecer en cortometrajes y largometrajes. Al terminar la Primera Guerra Mundial ya era uno de los personajes más reconocidos del mundo del cine.Chaplin se convirtió en el símbolo del cine sin sonido, pero también también hizo cine sonoro y de óptima calidad: Tiempos modernos, El Gran Dictador, Candilejas.Su fuerza era la comedia, pero más allá de hacer reír sus historias dejaban mensajes profundos. Fue perseguido por el macartismo alegando que su cine “destruía la moral americana” y que “menospreciaba y atacaba el país en el que se había enriquecido” y se fue a vivir a Suiza.

En 1972, veinte años después de su exilio, volvió a Estados Unidos pues la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas le otorgó un premio Óscar honorífico por su aporte a la industria. La ovación de toda la audiencia cuando Chaplin entró a recibir la estatuilla es uno de los momentos más emocionantes de la historia de los premios.







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