La calle inventa su economía
Bulevar 15/12/2019 07:00 am         


Venezuela con una crisis económica y el proceso de hiperinflación más alto que se haya conocido en América Latina



Venezuela atraviesa desde hace varios años una crisis económica marcada por el proceso de hiperinflación más alto que se haya conocido en América Latina, un severo desajuste monetario, la llamada dolarización de-facto, la caída de la producción conjuntamente con la disminución del ingreso fiscal por la baja del ingreso del petróleo y la virtual quiebra de Pdvsa. Un cuadro que se combina con graves dificultades sociales y que ha propiciado en parte la llamada “diáspora” considerada por los organismos internaciones como la más grande del continente. A ello se agrega una conflictividad política que ya suma 20 años y que configura el llamado “Caso Venezuela” que despierta la atención del mundo entero, que apuesta por diálogos y salidas consensuales para recobrar la convivencia democrática.

En los últimos meses, junto con la dolarización creciente, (hoy se estima que en solo Caracas un 45% de las operaciones se realizan en divisas) con una caída del 35 % de la economía global han surgido respuestas de la población que si bien no responde a políticas de Estado, se consideran como parte de la llamada “Economía Negra” o “Nueva Economía” en la cual se combinan además del ingreso formal, circulantes generados por contrabando narcotráfico y otras fuentes que escapan al control de las autoridades competentes.


LOS VIAJES A CÚCUTA 

María Victoria tiene 32 años de edad, dos hijos de 5 y 3 años, es madre soltera y vive arrendada con sus padres, trabajaba como secretaria para el sector público. Sin embargo, hace un año y medio quedo desempleada, tras su aprieto económico y motivada por unos amigos, decidió emprender su propio negocio; ahora viaja cada 15 o 20 días a Cúcuta (ciudad colombiana fronteriza con Venezuela), con el propósito de comprar artículos de higiene personal, medicinas y algunos encargo, que luego ya de regreso en la capital revende a módicos precios, señala que es más factible comprar del otro lado de la frontera porque “hay variedad, los productos son baratos y puedo ganar un dinero extra”.

La ida y vuelta a Cúcuta desde Caracas o cualquier otra ciudad de Venezuela, se ha vuelto uno de los casos más populares desde que la crisis económica se agudizo y es que según un estudio realizado Econométrica, afirma que tan solo a finales de junio de 2019 “adquirir 15 productos de la canasta básica era más costoso en Venezuela que en el país vecino. Por esto, ciudadanos del centro del país han optado por hacer viajes ida y vuelta hasta Cúcuta para regresar con maletas llenas de mercancía”.

A partir de ello se han generado otro negocio que también se ha vuelto rentable en estos últimos meses, el de las “agencias de viajes”, que se dedican exclusivamente hacer este tipo de traslados con un costo que oscila entre los 30 a 50 dólares, en los que se cubre la ida y vuelta, más las comisiones de los peajes, ya que muchos viajeros aseguran que durante el camino los puestos de comando de la Guardia Nacional Bolivariana, los cuales se contabilizan entre 20 a 32 puestos, hacen un chequeo a los autobuses y aquellos pasajeros que no cuenten con las facturas correspondientes les quitan la mercancía o deben pagar cuantiosas multas.


LOS FAMOSOS BODEGONES

Otra alternativa que nace de la crisis son los “bodegones”. En Venezuela este tipo de emprendimiento, está dirigido principalmente a la población que busca llenar su despensa con productos de calidad y variedad, en su mayoría los artículos que se encuentran en estos locales son proudly made in USA (en un país con un supuesto "bloqueo" económico, de acuerdo con la narrativa oficial) claro está que el público consumidor debe tener un poder adquisitivo más alto que el del resto de la población, porque los precios permanecen por encima de los supermercados tradicionales, además son cobrados en divisa en efectivo o la cotización del día.

Para el economista de Datanalisis y experto en consumo Francisco Allen explicó que “esta nueva tendencia de los los bodegones se debe a varios factores, entre ellas las distorsiones de la economía venezolana y el actual estado en el que se encuentra el aparato productivo”.

Marcos Silva, de 35 años de edad, ingeniero civil decidió emprender en el negocio de los “Bodegones” luego de que la empresa para la que trabajaba, ya no cumpliese económicamente con sus necesidades, invirtió un capital significativo, con el que logró alquilar un pequeño local en noroeste de Caracas, con el dinero compró mercancía de Estados Unidos, traída por encargo; cuenta que así fue como empezó a llenar los anaqueles “En un principio, solo hacíamos pedidos de chucherías, que era lo que más consumían nuestros clientes, luego fuimos incorporando productos de higiene personal, comida… actualmente vendemos hasta bebidas alcohólicas”.

Estos establecimientos han proliferado por doquier, la manera de surtirse es por medio del “método de mensajería o paquetería internacional Courier”, es decir, la entrega de encomiendas por la modalidad puerta a puerta. De esta manera, el comerciante se evita el burocrático procedimiento de sacar permisos (impuestos y sanidad), ya que los productos que se importan son supuestamente para el consumo propio y no para el negocio.

El economista Oscar Torrealba, director ejecutivo de Opuntia Economists y miembro del Comité Académico de Cedice Libertad, señala que este boom de los famosos bodegones “hace que de alguna forma el dólar sea barato, haciendo más beneficioso comprar productos fuera de Venezuela que comprar los producidos en el país… Entonces, el fenómeno económico que hay en el país se conjuga en que los anaqueles todos los productos sean importados”.


LAS VENTAS DE GARAJE

Es imposible no incluir en las nuevas economías a los “mercados de los corotos”, bazar o ventas de garaje, los cuales se han popularizado en los últimos meses, sobre todo en las urbanizaciones de clase media alta, en donde básicamente las personas venden las cosas que ya no usan y se encuentran en buen estado, ya sea porque se van del país o quieren un dinero extra. Esto no es nuevo en Venezuela, lo que le ha agregado un toque distinto, es la cantidad de divisas que allí se manejan, ya que por lo general las personas que montan sus stands, piden el famoso billetico verde por los artículos que están vendiendo.

De este tipo de actividades económicas surgen varias aristas, en primer lugar que las personas se están comenzando a desprender sus cosas para tener un ingreso extra, con el fin de seguir esquivando la crisis, la segunda que ya un considerable grupo de la población venezolana, no cuenta con los recursos económicos para comprar ropa nueva y prefieren ir a estos espacios para renovar su closet o algún artículo de su hogar. Finalmente, el más interesante es que la ciudadanía se ha venido dolarizando de forma paulatina e informal.


LA PESADILLA DEL BLACK FRIDAY

Pero sin duda una de las cosas que más sorprendió este año, fue lo ocurrido el pasado 29 de noviembre, cuando el fenómeno del Black Friday –viernes negro, en Estados Unidos- se realiza por primera vez durante el régimen de Nicolás Maduro (un gobierno declarado absolutamente socialista y anticapitalista). En este sentido, varios centros comerciales de las principales ciudades del país, mostraron sorprendentes descuentos de en ropa, calzado y equipos electrónicos.

A las afueras de los locales y establecimientos comerciales, se observaron largas colas, de personas esperando su turno para comprar, algo que generó curiosidad ya que salario mínimo de un venezolano apenas llega a los 10 dólares mensuales, y en el país hay tan solo un grupo muy pequeño de ciudadanos que disponen de un ingreso propio suficiente como para aprovechar las ofertas del Black Friday.

Entonces ¿a qué se debe este fenómeno? En estos últimos seis años la austera crisis ha provocado que la economía del país perdiera hasta más del 50% de su Producto Interno Bruto (PIB), por lo tanto hay flexibilización de los controles de precio y de cambio que rigen al país por parte del régimen.

En este sentido, el director de la consultora Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, señala que “aunque los controles no han sido eliminados formalmente, el gobierno no los está aplicando o lo hace de forma discrecional, lo que hizo posible que ocurriera este Black Friday”.

Es decir, que pese a estos últimos años en donde la economía se ha visto en picada y lamentablemente golpeada, el sector comercial busca desesperadamente reinventarse intentando de alguna u otra manera vender algo de inventario y el BlacK Friday era la opción perfecta.







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