Francisco A. Casanova S.

Una película cuyo guion se terminó al final del rodaje y que está basado en un musical que no se estrenó; cuyo director no fue la primera escogencia del Estudio de filmación, que era la primera incursión del actor principal en el género romántico; cuya canción principal no estuvo compuesta por el director de la banda sonora y que no se supo hasta el final con quién se iría la actriz principal, ¿podría ser considerada una joya del cine? Absolutamente sí: Casablanca es una joya del cine que reúne todos los elementos antes descritos.

La película tiene como periodo diciembre de 1941, días antes del ataque japones a Pearl Harbor. A medida que la ocupación nazi se extiende por Europa, miles de personas tratan de huir hacia América siguiendo un largo camino partiendo del sur de Francia y pasando por Casablanca, donde, los más privilegiados podían conseguir el visado que les permitiría viajar hasta Lisboa. En ese trayecto, son asesinados dos correos alemanes y desaparecen los salvoconductos que portaban, los cuales caen en manos de Rick Blaine (Humphrey Bogart), dueño del night club más popular de Casablanca, el Rick’sCafé. Esa noche, y recién llegado a Casablanca, Paul Henreid (VictorLaszlo), líder checo de la resistencia, asiste al Rick’s, acompañado de su esposa Ilsa Lund (Ingrid Bergman) la cual reconoce a Sam (Dooley Wilson), el cantante, al que le pide que entone para ella un tema del pasado, "As time goesbye", la cual interpreta y aparece Rick, encontrando a su romance de Paris que no lo acompañó en su huida a Casablanca. Mientras tanto, Laszlo trata de obtener los salvoconductos para él y su esposa Ilsa. El jefe local de la Gestapo, Conrad Veidt (Mayor Heinrich Strasser), le ofrece la oportunidad de conseguir el visado si da los nombres de los jefes de la resistencia de los países ocupados. Desesperada por no poder conseguir los salvoconductos, y mientras Víctor acude a una reunión de la resistencia, Ilsa va a ver a Rick y le exige que se los entregue. Reconoce que aún lo ama y que no consiguió olvidarlo, aunque le cuenta que cuando se conocieron en Paris, creía que Laszlo había muerto en el campo de concentración, reapareciendo justamente el día anterior a su marcha. Cuando el capitán Renault trata de detener a Laszlo, todos acudirán juntos hasta el aeropuerto, donde Rick convence a Ilsa para que se marche con Laszlo, que la necesita más que él. Y cuando el avión comienza las operaciones de despegue, aparece el Mayor Strasser que trata de impedirlo. Rick lo evitará matándolo. Renault no lo delatará. Ordena que se detenga a los sospechosos habituales, reconociendo que, pese a su servilismo con los alemanes, es un patriota, y sale del aeropuerto con Rick.

Casablanca no es solo una historia de amor entre Bergman y Bogart, como tradicionalmente es recordada, es mucho más, es una película rodada al más puro estilo clásico de Hollywood y tiene un elemento sumamente importante y que subyace durante toda la película, que es el elemento de la Guerra. El periodo del filme se inicia el 2 de diciembre de 1941 (5 días antes del ataque japones a Pearl Harbor) cuando todavía Estados Unidos se debatía sobre su entrada en la guerra o no. Inglaterra amenazada, Francia ocupada y en el Pacifico todavía mucha incertidumbre. Casablanca era como un purgatorio con un cúmulo de refugiados temporales esperando con un destino incierto, y sin mucha esperanza la posibilidad de salir de ahí, hacia America, pasando por Lisboa. Por ello, la escena en que, en el Rick’s, Laszlo anima y estimula a cantar la Marsellesa, no es un cliché, es el canto del mundo libre amenazado por las fuerzas del eje. Humberto Eco dijo sobre esta emoción en Casablanca: “Dos clichés producen risa. Cien, conmueven”. Casablanca fue exhibida por primera vez en el Teatro Hollywood de Nueva York el 26 de noviembre de 1942, para coincidir con la invasión de las tropas aliadas de la costa norte de África y la captura de la ciudad de Casablanca.

Es la hora en la que Hollywood, que sabe que las películas poseen un valor de entretenimiento, descubre que pueden utilizarse, además, como medios de información y de educación, como útiles de propaganda y paulatinamente, películas, estrellas y directores se ponen al servicio de la causa patriótica. Los iconos del cine John Ford, William Wyler, Frank Capra, John Huston y George Stevens abandonan estudios y se alistan en el esfuerzo de guerra, con el fin de realizar documentales que expliquen “por qué combatimos”.

Casablanca fue producida por la Warner Bros., dirigida por Michael Curtiz, y guion de Julius J. Epstein, Philip G. Epstein y Howard Koch. La cinematografía de Casablanca de Arthur Edeson crea una atmosfera de película de guerra por su juego de sombras. Al observar las escenas de Humphrey Bogart su rostro es mitad luz y mitad sombra, mientras que, en muchas escenas de Bergman, las persianas se le reflejan como barrotes de una celda para reflejar que está atrapada por las circunstancias, mientras que, en otras escenas, el close up en su cara tiene luz que refleja su amor, nostalgia y arrepentimiento, en cambio en las tomas a su esposo, Victor Laszlo, hay una luz intensa que se traduce en la inspiración a la lucha. Esta cinematografía de Arthur Edeson, sin palabras y con muchas sombras, expone las profundas características de los personajes. En la escena final, Rick y Renault caminan hacia la niebla y la oscuridad, sugiriendo que la guerra, no ha terminado. Casablanca se filma cuando los Estudios de Hollywood están en su época de oro. Se ha convertido en el máximo exponente de la fuerza creativa del sistema de estudios y el mejor producto de Hollywood en su apogeo. La produce Hal B. Wallis quien en cincuenta años como productor cinematográfico intervino en la realización de más de 400 largometrajes. La película fue dirigida por Michael Curtiz, aun cuando la primera escogencia fue William Wyler, que era un director consagrado y formaba parte de la élite de Hollywood. Michael Curtiz (1886–1962), de origen húngaro, e infravalorado, ya había dirigido películas taquilleras como Captain Bloody además había demostrado su talento en películas como Angels with Dirty Faces, y Yankee Doodle Dandy. En Casablanca, Curtiz logra combinar varios géneros: el cine negro, el expresionismo alemán, el documental y por supuesto el melodrama. El trabajo de equipo que logra a nivel de dirección, guion, cinematografía, actuación y música es impecable. Las escenas del Café Rick’s y de Casablanca, la información visual contenida en cada toma, los encuadres, el blanco y negro, la iluminación, la interacción de los actores, el ritmo de la película y las secuencias musicales, la sitúan como un ejemplo de dirección en la historia del cine. La secuencia de La Marsellesa es un ejemplo de la emoción in crescendo del ritmo que exige pasar al espectador de una sensación de espíritu a otra en pocos segundos.

El guion fue escrito por Julius J. Epstein, Philip G. Epstein y Howard Koch, y tuvo su origen en una obra de teatro, que nunca llegó a escena, con el título de “Everybody comes to Rick’s”. Cuando empezó el rodaje el guion aún no se había terminado e Ingrid Bergman se le acercó al coguionista H. Koch y le pregunto: "¿A qué hombre debería amar más...?" Koch le responde: "No lo sé... ama los dos a la vez…”. Y es por ello, que, en la escena final, en sus primeros planos, la cara de Bergman refleja emociones confusas, ya que ni ella ni nadie de la película sabía con seguridad hasta el último día quién iba a subir al avión. Bergman interpretó toda la película sin saber cómo terminaría, y esto tuvo el sutil efecto de hacer que todas sus escenas fueran más convincentes emocionalmente; no podía inclinarse en la dirección en la que sabía que soplaba el viento. El final de la película estuvo en el aire hasta el final. Se trabajaba el guion todos los días en el plató. No se tenía el final seguro, se pensó en muchas posibilidades. No hay ninguna razón por la que Paul Henreid (Victor Laszlo), no pueda subir solo al avión, dejando a Ilsa en Casablanca con Rick (Bogart), y es uno de los finales que se consideró. Pero se concluyó que sería un error; el final "feliz" estaría empañado por el interés propio, mientras que el final de Casablanca, permite a Rick ser más grande, acercarse a la nobleza (Roger Ebert) y alcanzar su heroísmo. Originalmente se pensó que Rick (Bogart) enviara a Ilsa (Bergman) en el vuelo, pero no había idea de cómo hacerlo. Luego, en el rodaje, el productor Hal B. Wallis, comenzó a darse cuenta de lo bien que Bogart estaba trabajando como una estrella romántica. Consideraron otros finales. El mejor final posible hubiera sido que Bergman se quedara con él. Pero no podían permitir que dejara a su marido y esperar a escapar de la censura. La única otra posibilidad era que mataran a Víctor en el aeropuerto. Entonces, se dieron cuenta de que el problema de que Ilsa se fuera con Víctor, era que no habían encontrado una razón suficientemente fuerte para que Rick la enviara lejos. Cuando se dieron cuenta, de que debía enviarla con Víctor por el bien de la lucha de los aliados, del bien contra el mal, el final literalmente se escribió a sí mismo.

La actuación es magistral tanto de los protagonistas, como de los secundarios. En Casablanca están perfectamente definidos los principales: Humphrey Bogart (Rick Blaine); Ingrid Bergman (Ilsa Lund), Paul Henreid (VictorLaszlo), Claude Rains (Capitán Louis Renault), y Conrad Veidt (Mayor Heinrich Strasser), y los secundarios: SydneyGreenstreet (Señor Ferrari), Peter Lorre (Ugarte), S.K. Sakall (Carl), Madeleine LeBeau (Yvonne), Dooley Wilson (Sam), Joy Page (AnninaBrandel), John Qualen (Berger), Leonid Kinskey (Sascha), Curt Bois (Pickpocket).

Humphrey Bogart (Rick Blaine), venia de interpretar papeles del cine negro y policiales, y este fue el primer papel romántico que interpretó. Su actuación es brillante combinando el rol de cínico con el de un amante atormentado y romántico sin esperanza, y un cuidadosamente cultivado barniz de neutralidad e indiferencia. El capitán Renault lo resume en una escena, cuando le dice a Rick: “bajo esa coraza de cínico eres un sentimentalista de corazón”. Bogart hace su papel meticuloso y preciso, con una utilización de su mirada como herramienta actoral. Al final tenemos a un Bogart que, de un cínico, irreverente, y duro, termina como el héroe de las causas justas, dejando su aislacionismo inicial de lado. Ingrid Bergman (Ilsa Lund), con su elegancia, belleza y dudas y en particular su reencuentro con Rickde miradas y primeros planos. Claude Rains (Capitán Louis Renault) actúa extraordinariamente. En la primera mitad de Casablanca, no esun individuo honorable, no se enfrentará a los nazis, y dará visas de salida a cambio de algo, y la magia de Rains, funciona con un personaje que se vuelve gradualmente más divertido y simpático a pesar de sus defectos de carácter existentes y el cual se redime al final. Las demás actuaciones de los roles secundarios también son destacadas y en especial las de Sydney Greenstreet (Señor Ferrari), y Peter Lorre (Ugarte), demostrando que no hay actores pequeños, sólo papeles pequeños. La música es una selección de canciones, donde destaca As time goesby, canción estrenada en 1931, y escrita por Herman Hupfeld y gracias a la película se convirtió en un icono del American Songbook, convirtiéndose en la canción representativa de Warner Bros. La banda sonora de la película fue articulada por Max Steiner, quien particularmente no estaba contento de tener una canción no compuesta por el, como tema principal. Más de 75 años después de su estreno, Casablanca sigue siendo una película amada en todas las épocas y que los límites del tiempo no pueden cambiar.Casablanca es el producto de otra era, de ese breve momento de la década del 30 y principios de los 40, antes de que el mundo se convirtiera en un lugar muy diferente. Hollywood se ha movido en nuevas direcciones, y también lo han hecho sus películas. Pero siempre tendremos a Casablanca (Harlan Lebo).