La mujer libre en el teatro de Coro
Historia 22/08/2021 08:00 am         


La noche del sábado 17 de septiembre de 1887 daría principio a "sus trabajos artísticos" la Compañía Dramática Española, también llamada la Compañía Dramática "Anexi", en la ciudad de Coro.



Por Isaac López


Para su primera función habían escogido las "obras de más nombradía y mérito del moderno teatro español". Un drama en tres actos y en verso, precedido de diálogo en prosa, original de José Echegaray y titulado "El gran Galeoto", y luego la "chistosa comedia" "La mujer libre". Los precios del Palco de seis puestos se anunciaban en 8 pesos; la entrada general en un peso; y los niños pagaban 50 centimos. Así lo señala el periódico La Industria en su edición del 15 de septiembre de 1887.

Podía comprarse un abono de diez funciones, pues la Compañía Anexi, de don Secundino Anexi, sabía que tenía asegurada la temporada en el Teatro Armonía de Coro, con un público entusiasta que apreciaba su arte. Si querían comprar el abono -una especie de combo de varias entradas-, debían acudir al local del teatro y preguntar por Francisco Gongora. El teatro, como sabemos, quedaba allí, en pleno centro de la ciudad colonial, diagonal a la Catedral y justo al lado de la Plaza Bolívar, en el espacio donde en 1968 se inauguró la sede de la Gobernación del Estado Falcón.

Señala la nota de La Industria que el abono "no dudamos será cubierto por nuestra sociedad, que sabe apreciar el mérito del arte". Pero el medio intelectual de la Coro de entonces no se conformaba solo con la invitación a disfrutar de las piezas teatrales de las compañías que pasaban por su teatro. En la edición del día 22 de septiembre de 1887 La Industria publicaba en primera página la crítica de la puesta en escena.

Lamentablemente no se señala el autor del extenso comentario. La nota crítica reseña aspectos como las características de "El gran Galeoto" en el conjunto de las obras de Echegaray; así como la versificación de los actores y sus interpretaciones. Termina la crítica con elogios al público y a su receptividad a ese tipo de actividades. No era esa la única compañía en ofrecer funciones teatrales en la Coro de finales del siglo XIX. En otro trabajo hemos presentado a la Compañía Azuaga y los comentarios que sobre su arte hacían hombres como el editor Eugenio Blanco Salzedo.

Qué imágen de la mujer ofrecían aquellas obras de teatro? Que sensibilidad mostraban? Cuáles eran los atributos que debía tener una mujer de aquella época? ¿Quiénes iban al teatro en la Coro de finales del siglo XIX? Quiénes tenían para pagar un peso de entrada al Teatro Armonía? Apostamos por la pequeña élite de la ciudad. Por los hijos del comercio y los descendientes de las familias tradicionales. Los mismos que Emilis González intenta analizar en Las escritoras corianas del período finisecular (XIX) y su agenda oculta; los mismos que retrata la crónica de Luli Delgado.
Tema del mayor interés para mirar usos y costumbres, maneras y formas de entender el mundo en nuestro siglo XIX falconiano, tan ayuno de investigación y conocimiento.





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