El Nazareno de San Pablo y las Epidemias
Identidad 15/03/2020 07:00 am         





Caracas, 1657: una espantosa epidemia se apodera de la ciudad. El vómito o escorbuto, mejor conocido como peste bubónica. Era una ciudad sin recursos, rural y pobre. En aquellos tiempos ni siquiera existía la salud publica. Le gente enfermaba y se curaba como podía.

Enfrentar un contagio masivo era impensable y los contagiados no tenían esperanza de vida. Debido a la devoción popular, que ya era fuerte hacia la imagen, fue sacada en rogativa por las calles y veredas de la capital.

Cuenta la tradición que durante la procesión pasaron por un huerto cercano a su templo, sembrado de limoneros, y un racimo de limones quedó enredado entre la corona de espinas del nazareno, cayendo algunos al suelo. Los devotos entendieron el mensaje y los recogieron, dándolos como medicina a los enfermos, quienes sanaron pronta y milagrosamente.

El suceso ocurrió en una céntrica esquina caraqueña, la esquina de Miracielos, lo que no deja de ser alegórico. Desde ese tiempo se le bautizó como la esquina de El Limonero del Señor. Luego el fervor y la devoción hacia El Nazareno de San Pablo aumentó enormemente.

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Hoy, Layla Amadi, una estudiante en la Universidad de Ciencias Médicas en China, afirma que el Coronavirus llegará a cualquier país. Preocupada porque muchos de esos países no tienen equipos de diagnóstico sofisticado, recomienda usar “el máximo de vitamina C natural posible” para fortalecer el sistema inmunológico. Sabido es que el virus, actualmente, no tiene vacuna ni tratamiento debido a la mutación genética, lo que hace muy peligrosa esta enfermedad, al parecer causada por la fusión del gen entre una serpiente y un murciélago. Adquirió, refiere ella, la capacidad de infectar mamíferos incluyendo humanos.

El profesor Chen Orin, CEO del Hospital militar de Pekín. dijo: “Rodajas de Limón en un vaso de agua tibia pueden salvar su vida”. Y es que el limón caliente es capaz de matar células cancerígenas. Y recomienda Amadi: “Corte un limón en tres partes y colóquelo en un vaso, vierta agua caliente y eso se convertirá en agua alcalina”. Hay que beberlo a diario. El extracto afecta sólo células malignas, no a las saludables.
La Canciller alemana Ángela Merkel anunció, con toda responsabilidad, que entre el 60% y el 70% de la población alemana podría resultar contagiada por el coronavirus. Reconoció no contar con terapias ni inmunización, por lo cual hay que detenerlo "como sea". Llamó a la colaboración de los ciudadanos y, en consonancia con lo solicitado por El Vaticano, llamó a la solidaridad afirmando que «cerrar las fronteras no nos parece una medida ni acertada ni efectiva en esta situación».

“Todos los virus tienen corona”

A pesar de que en Venezuela no se ha anunciado de ningún caso hasta los momentos, consultamos para Aleteia la opinión de María Eugenia Landaeta, Jefe del Servicio de Infectología del Hospital Universitario de Caracas y profesora de Medicina de Medicina Tropical. Ella precisa que el nombre de Coronavirus viene porque, visto en micro imágenes, tiene un halo de espículas alrededor que semejan una corona. “Pero los virus son ubicuos, están en todos lados –asegura- . Hay muchos coronavirus pero son comunes, producen algunas infecciones de leves a moderadas, como diarreas por ejemplo. Están en el ambiente y se transmiten de animales a hombres y entre los hombres entre sí. Hay virus con corona en Asia circulando desde el 2012. El tema es que los coronavirus especiales son los que tienen la capacidad de desarrollar epidemias que pueden llegar a ser importantes”.
Y es lo que ha ocurrido. Hoy Naciones Unidas ha declarado una pandemia que tiene al mundo en vilo. La solución está, como dijo el Card Turkson, prefecto del dicasterio para el Desarrollo Integral, en ‘fortalecer la solidaridad en tiempos de Coronavirus".
“Dónde me has visto…?”

Desde que el mundo es mundo, la humanidad ha enfrentado virus, epidemias y pandemias. Todas comenzaron por plantear retos a los médicos y científicos especialistas. Ha sido difícil contenerlas y mucho más evitarlas. Pero hace tres siglos, una sagrada imagen caraqueña indicó el tratamiento para poner un freno al flagelo que devoraba la salud de la población y que hoy sigue siendo recomendado: el limón.
Todo hijo de Caracas es devoto del Nazareno de San Pablo. Desde que la gente gritó “milagro!” en aquella ocasión, la venerada imagen sale en procesión cada Miércoles Santo en pleno centro de Caracas, llevada en hombros por sus cófrades y seguida por el pueblo en oración.

Uno de los más famosos y recitados poemas de Andrés Eloy Blanco -conocido en Venezuela como "el poeta del pueblo", se llama "El Limonero del Señor" dedicada al milagroso evento. Una de sus estrofas, relato de la procesión, reza:

"De lo profundo del cortejo
partió la flecha de una voz:
—¡Milagro…! ¡Es bálsamo, cristianos,
el limonero del Señor…!
Y veinte manos arrancaban
la cosecha de curación
que en la esquina de Miracielos
de los cielos enviaba Dios.
Y se curaron los pestosos
bebiendo el ácido licor
con agua clara de Catuche,
entre oración y oración".


Una de las más bellas leyendas que rodean esta preciosa talla, en madera de pino flandes de Sevilla, España, posiblemente de Felipe de Ribas en el siglo XVII, es la del escultor quien, después de terminar de tallar la imagen, el Nazareno se le aparece y le dice: "Donde me has visto que tan perfecto me has hecho".

Tomado de Aleteia







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