En 1971, vino al mundo el compositor gaitero Omar Paz, poseedor de una importante cosecha de gaitas dedicadas a la Virgen de Chiquinquirá. Nació el Día de la Candelaria, la Virgen de los candiles, tradicional fecha en la que se subían los furros hasta la siguiente temporada. Su fervor por la Virgen es conocido y reconocido. Zuliano y devoto de «La Chinita», Paz, miembro de la agrupación Chiquinquireños y su compositor, no se ha cansado de resaltar «que la misión que la Virgen nos ha entregado es hacer oración hechas gaitas». Aseguró que ella quiere que las canten y bailen en su honor.

La agrupación musical ya tiene 23 años. «Integrantes chiquinquireños son muchos», dijo Omar Paz. Resaltó que «hay una condición muy bonita y muy mariana para la inserción de las personas en el grupo». Revela que profesan un sentido devocional que los diferencia de otros grupos. “No somos integrantes de un grupo por ejecutantes, por músicos, sino por amor a María”. Cantan en la “bajada” de la Virgen y en ocasiones muy especiales coordinados con la planificación de la Basílica. Son músicos muy queridos y talentosos, independientes, cada uno tiene su grupo a cual más famoso, pero se juntan para cantarle a la Virgen Chinita.

Destaca que el venezolano es matriarcal y “vemos en María a la Madre universal que tuvo a Jesús en su vientre. Escribirle a ella es muy bonito, primero porque te saca de este plano. La gente se pregunta cómo escribimos esos versos tan hermosos, pero es una magia que nos envuelve y que nos permite, por obra y gracia de Dios y la Virgen, ver escenarios que son muy bonitos para nosotros y que tenemos el deber de hacerlos entendibles para todos ustedes”.

Omar Paz repasa sus versos para la Virgen:

“Te entregué mi corazón desde el día en que te vi; desde entonces comprendí que mi amor es la razón por la que canto; por la que lloro, por la que río, porque en vos estoy pensando”


ESPÍRITU CHIQUINQUIREÑO

Explica que son palabras que nacen de llevar el espíritu chiquinquireño dentro. Y no es un decir, se comportan y trabajan como chiquinquireños. “Le pido a la Virgen muchas cosas –confía- pero, ante todo, le doy gracias. Le agradezco todo lo que por mi vida ha pasado, pasa y pasará. Ella es el vaso comunicante con Dios y le pido salud, pero también reconciliación interna pues al estar uno en armonía, tiene la posibilidad de transmitir y multiplicar eso”.

Oriundo de Maracaibo, ha pagado una ofrenda a La Chinita durante 38 años y desde varias partes del mundo. “Una promesa a la Virgen se paga donde sea”, dijo en una reciente entrevista de prensa que le hicieron con ocasión de la Fiesta de la Virgen de Chiquinquirá. Y no es una promesa cualquiera: este músico camina seis kilómetros desde su casa hasta la Basílica rezando avemarías mentalmente y con flores en la mano, promesa que inició en 1982, cuando comenzó su carrera universitaria y decidió superarse.

“Tuve una cuadriplejia producida por un accidente de tránsito estuve un año postrado, pero inmediatamente que pude caminar le di continuidad a la promesa”, contó. Se curó completamente y desde el 2004 compone y canta a su Reina Morena.


NO IMPORTA DÓNDE ESTÉ

Ya no importa en qué parte del mundo se encuentre, pues viaja mucho por su trabajo como ingeniero, pero siempre le cumple a la Virgen. Puede estar en Argentina, Chile, Colombia, Estados Unidos o Perú. “En todos esos países, el día de la Virgen busco la iglesia o catedral donde le vayan a hacer homenaje y cumplo”, se lee en la crónica de María José González en el diario zuliano La Verdad.

El 18 de noviembre del año pasado cumplió su promesa en el Valencia College de Orlando, Florida. “Dios me ha permitido trabajar, la Virgen me ha permitido trabajar, curarme y honrarla desde hace muchos años». Este año, pese a la pandemia de la Covid-19, Omar Paz se acercó a la Basílica de San Juan de Dios y agradeció personalmente a María como lo hace ininterrumpidamente desde 1982.