José Gregorio, camino de la beatificación
Identidad 20/10/2019 05:00 am         


Por Ramón Antonio Pérez: Este 26 de octubre se recuerdan los 150 años del nacimiento del Siervo de Dios...



Ramón Antonio Pérez

Este 26 de octubre se recuerdan los 150 años del nacimiento del Siervo de Dios, cuando justamente un reciente milagro ocurrido en San Fernando de Apure le abre las puertas de su consagración como beato de acuerdo a informaciones del más alto nivel del Vaticano

La posible beatificación del doctor José Gregorio Hernández, que se encuentra en el marco de los 150 años de su nacimiento, dado su reconocimiento como hombre de Dios en todo el país, se convertirá no sólo en un motivo de fiesta nacional sino en el punto de reencuentro entre los venezolanos.

Hay razones para pensar así. La permanente inquietud del “Médico de los pobres” por la paz mundial en su época, es un motivo de análisis dada la situación que ahora vive Venezuela. La historia recoge algunas de sus expresiones de reconocimiento a la paz mundial, especialmente las pronunciadas a escasas horas del accidente que le costó la vida, aquél 29 de junio de 1929, cuando fue atropellado por un vehículo en Caracas.

Miguel Yáber, que también es médico y profesor universitario, en su obra José Gregorio Hernández (Trípode, 1997), recuerda el diálogo que se dio entre el científico y un amigo quien al verlo muy contento después de rezar y comer, le preguntó a qué se debía tanta alegría. “Hernández le responde: ¿Cómo no voy a estar contento? Se ha firmado el tratado de paz, ¡la paz del mundo!… Le voy a hacer una confidencia: yo he ofrecido mi vida en holocausto a Dios por la paz del mundo”, escribe Yáber, citando al Padre Carlos G. Plaza en su libro Inquietud de los grandes.

Efectivamente, el motivo de tanto regocijo se debía al tratado firmado en el Salón de los Espejos de Versalles, en Francia, el 28 de junio de 1919, justo un día antes de su muerte. El Tratado puso fin a la Primera Guerra Mundial entre Alemania y los Países Aliados. Esa, entre otras anécdotas, resalta la condición de hombre de paz del doctor Hernández con vigencia para estos tiempos, especialmente para Venezuela.

Si en aquél momento sentía tanta alegría por la paz mundial alcanzada, ¿será descabellado pensar que no tendrá mayor alegría por la paz y concordia que se pueda alcanzar entre los venezolanos de esta época? La situación interna de su país natal podría avanzar hacia una confrontación armada, según sostienen algunos analistas.

Pero los venezolanos sienten por José Gregorio respeto y admiración. Partiendo de estos afectos, ¿no será acaso su beatificación, el milagro real que se necesita para que las aguas turbulentas de la nación bolivariana no lleguen a niveles extremos? Entre sus fieles devotos hay gente de todas las tendencias políticas y sociales; clases altas, medias y bajas; profesionales, amas de casa, empresarios, obreros y campesinos.

El sentimiento nacional que genera “el médico de los pobres”, nacido en Isnotú, estado Trujillo, el 26 de octubre de 1864, va más allá de la frontera católica. Está firmemente arraigado en la religiosidad popular, en otras creencias y ritos. Pero todos lo valoran como un hombre de Dios que siempre fue solidario con los más necesitados.

Su fama de santidad traspasa la geografía venezolana alcanzando la mayoría de los países latinoamericanos y algunos de Europa, especialmente en aquellas comunidades de España, donde están arraigados descendientes hispano-americanos.

La Causa de Canonización del Doctor José Gregorio Hernández fue introducida el 2 de julio de 1949. Luego, en 1986, fue declarado Venerable por Juan Pablo II, “mostrando así la heroicidad en la vivencia de las virtudes humanas y cristianas”, según lo difunde en su estampa de veneración la Arquidiócesis de Caracas.

La Iglesia venezolana y el propio gobierno nacional hacen esfuerzos, en algunos casos en forma conjunta, para auspiciar que su campaña hacia la beatificación obtenga el reconocimiento del milagro que le falta para terminar con la santa espera.

Cabe recordar que en 2013, Nicolás Maduro se presentó ante el Santo Padre y a pesar de su desconociendo por los procedimientos que se llevan para estas causas en el Vaticano, solicitó la pronta beatificación del Venerable. Luego, Henrique Capriles Radonski, candidato opositor, también haría lo mismo en visita privada y le habló de la necesidad de que a Venezuela se le otorgara la alegría de contar con un santo nacido en esas tierras.

La motivación inicial de ambos líderes fue netamente política. Ellos saben que la población admira a José Gregorio Hernández, aunque acudieron a la Santa Sede para auspiciar un diálogo nacional en el que la Iglesia estuviera involucrada. En abril de 2014, fue activada una Mesa de Diálogo entre gobierno y oposición con la presencia del Nuncio Apostólico, Monseñor Aldo Giordano, como garante de buena fe.

Posteriormente el diálogo fue suspendido por diversos motivos que se profundizaron con las protestas desde el 12 de febrero pasado, y las faltas de respuestas de parte del gobierno a las exigencias opositoras; no obstante, la Iglesia sigue siendo la institución más creíble para apuntalar el reinicio de esas conversaciones. En medio del “limbo” en que ahora está el “diálogo”, pudiera entrar de nuevo la figura del Doctor José Gregorio Hernández, como la bisagra adecuada para el reencuentro de los venezolanos.

La Conferencia Episcopal Venezolana con motivo del 150 aniversario del natalicio del noble médico, conformó una comisión celebrativa con el Cardenal Jorge Urosa Savino al frente. Realizan visitas a las arquidiócesis, diócesis, universidades y medios de comunicación, dando a conocer las virtudes en la vida de Hernández y la situación de su causa apenas necesitada de un milagro. Motivan a los devotos para que expongan por escrito los posibles milagros recibidos por su intersección a fin de ser evaluados inicialmente en Caracas y luego en el Vaticano donde se decidirá.

Los insondables caminos de Dios pudieran permitir que sea en este momento cuando mayores esperanzas existen en Venezuela, se haga realidad la beatificación del Doctor José Gregorio Hernández. Tal hecho generará el cese de las tentaciones guerreristas y volcaría el país a una situación distinta con un tratado de paz interna entre los venezolanos. La sabiduría popular considera que Francisco tiene la decisión tomada.

EL MILAGRO LLEGA A ROMA
El cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo cumplió con el “encargo” de llevar a la congregación para las causas de los santos, el expediente contentivo del presunto milagro que el Doctor José Gregorio Hernández habría obrado en la niña Yaxuri Solórzano Ortega, en el año 2017, lo cual ha generado una gran expectativa entre los venezolanos, quienes elevan sus oraciones por la pronta beatificación del médico de los pobres.

“Hay también una gran expectativa movido a que se trata de un laico, de un médico, de un hombre pionero en las ciencias médicas en Venezuela, pero sobre todo de un santo que tuvo su profesión y su vocación como un servicio a los más pobres y necesitados”, expresó Porras a través de un video que se difundió en las redes sociales.

En efecto, un equipo de expertos, “asistidos de la gracia de Dios y la comprobación científica”, estudió el milagro ocurrido en la niña Yaxuri, y que posiblemente le brindará ese momento de alegría que tanto necesitan los venezolanos. Fueron varios meses de intenso trabajo por parte del tribunal eclesiástico creado en la Diócesis de San Fernando, estado Apure, cuyos resultados fueron avalados el 18 de diciembre de 2018.

El expediente fue entregado el 18 de enero de 2019, por el cardenal Porras a monseñor Giacomo Pappalardo en el Vaticano, conteniendo detalles del presunto milagro obrado por la intercesión del doctor José Gregorio en Yaxuri. “Comienza así el camino llamado fase romana que lleva al estudio por expertos”, publicó la Arquidiócesis de Caracas en Twitter, acompañando con varias fotos la entrega oficial del dossier.

Aunque los voceros de la Iglesia de Caracas no precisaron cuánto tiempo se invertirá en los posteriores estudios en la instancia vaticana, destacaron la expresión del cardenal Giovanni Angelo Becciu, prefecto de la congregación, con quien se reunió Porras Cardozo. El romano habría expresado: “finalmente llega el milagro a Roma”.

Los detalles del milagro no han trascendido oficialmente, pero el interés de la feligresía y de la prensa en general, ha permitido conocer que el cartapacio entregado en el Vaticano contiene los testimonios, evidencias médicas y consideraciones teológicas del hecho sobrenatural ocurrido en Apure y que permitió la recuperación de la niña.

Yaxuri Ortega de 13 años de edad, es una adolescente que vive en Manga Covera, un caserío a tres horas de San Fernando de Apure. Hace cerca de 22 meses recibió un disparo en la cabeza y fue atendida en el hospital Pablo Acosta Ortiz de San Fernando. Luego fue intervenida en una clínica privada local pero su pronóstico era reservado.

“La niña había perdido mucha sangre, masa encefálica y varios huesos”, reveló una fuente allegada a la iglesia, sosteniendo que inexplicablemente habría sido sanada por “El Venerable” médico de los pobres, el 10 de marzo de 2017. “El hecho fue calificado como inexplicable por el tribunal cuando una tomografía realizada el pasado diciembre (…) mostró que la niña tiene la lesión en el cerebro, pero se encuentra totalmente asintomática, sin secuelas, cuando -21 meses después de haber recibido el balazo, ahora con 12 años- debía presentar discapacidad, según el pronóstico del neurocirujano”, publica El Tiempo tras consultar una fuente eclesial.

El 16 de enero de 1986, el papa Juan Pablo II declaró “Venerable” al doctor José Gregorio Hernández. En el aniversario 33 de este hecho, monseñor Tulio Luis Ramírez Padilla, vice postulador de la causa, pidió a los sacerdotes: “Hacer mención en las misas” de este aniversario, y pedir “por su pronta beatificación y canonización”.

De ser aprobada su beatificación, José Gregorio sería el primer varón venezolano que sube a los altares, donde le han antecedido tres religiosas: la incorrupta agustina recoleta María de San José, el 7 de mayo de 1995; la carmelita Candelaria de San José el 27 de abril de 2008; y la sierva de Jesús, Carmen Rendiles, el 16 de junio de 2018.







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