Pensando fuera de la caja
Política 05/03/2020 07:00 am         





Por Carlota Salazar Calderón

Este año 2020 comenzó la política venezolana en la misma dinámica de los otros. El chavismo en uso y abuso del poder tiene paralizada a la sociedad y los sectores opositores divididos, cada uno pretendiendo crear hegemonía, en medio de la polarización: chavismo izquierda socialismo vs. opositores derecha capitalistas; malos o buenos según quien los defienda. Un gobierno autoritario que se pretende combatir con presión internacional, a través de medidas económicas que hasta ahora no han dado resultado para cambia los gobiernos, Cuba, Siria, Irán, Corea del Norte, Rusia... (sin pretender minimizar o banalizar las razones que de suyo las hay, y de sobra), sin el ejercicio político interno, de unidad de todos los sectores. 

Frente a una realidad como un templo, que la dirigencia política no quiere atender: el desprestigio de la política que ha llegado a niveles muy altos, por no decir peligrosos, porque la gente no le interesa nada, ni nadie, ni cree en nada, ni en nadie. En el En el Informe Latinobarómetro 2018, el índice de “apoyo a la democracia” en Latinoamérica, se hace referencia a la diabetes de la democracia desde la percepción del progreso de los latinoamericanos con los problemas económicos “…desde 2010 aumentan de manera sistemática aquellos ciudadanos que se declaran “indiferentes” al tipo de régimen, aumentando de 16% en 2010 a 28% en 2018… Se trata de un conjunto de ciudadanos que abandonan lo colectivo para refugiarse en su individualismo, rechazan lo establecido y rompen los esquemas. Son ciudadanos más bien desencantados y frustrados. Este contingente de desafectados de los gobiernos, las ideologías y la democracia son la fuente mayor en el surgimiento de populismos en la región, no son una novedad y hace años que se observa su crecimiento…”.

Este es el punto que observó Manuel Castell, el año pasado, que los ciudadanos no tienen confianza ni en sus parlamentarios, ni en sus gobiernos, y sobre todo en los partidos políticos, hay un rechazo unánime de todos, no son considerados legítimos, más concretamente piensan que la clase política se ha encerrado en sí misma solo hablan ente ellos y no se preocupan de los intereses de los ciudadanos, más que para vender un mercado electoral cada 4 años. 
 
Entonces es hora de pensar fuera de los parámetros ordinarios¿Cómo se combate el autoritarismo de este siglo? ¿Cómo se recupera esa confianza? ¿A que intereses atendemos? ¿partidos políticos?¿financistas? ¿contratistas? o ¿los de la sociedad?Para ello, es indispensable pensar fuera de la caja no desde recetas impuestas fracasadas o desde la comparación del heroísmo de otrora. Es necesario pensar ¿qué no se ha hecho? – como dice mi hermano Juan Carlos Salazar – pero, comenzar hacerlo. Quizás, suene iluso pero si el gobierno se mueve en los antivalores del chantaje, amenaza, compra de conciencias…pensar en valores como la honestidad, seriedad, responsabilidad… con un liderazgo transparente que lo genere. La invitación, en definitiva, es a ¡pensar fuera de la caja!







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