Ese pensamiento de Mario Briceño Iragorry me hizo reflexionar en retrospectiva histórica sobre cómo en Venezuela, la exclusión, el aniquilamiento del otro, del enemigo a vencer, a humillar… ha sido una constante, por ello me remonto: - a los tiempos del descubrimiento con la extinción de la población indígena y su cultura, que se anidó en los cimarrones, en las sierras y en la zanganearía de la sobrevivencia en medio del caos; - a la independencia que sacó de raíz a los españoles, pero dejó el caudillo, a la corrupción, los reconocimientos inmerecidos, a las nulidades engeridas y reputaciones consagradas (Romero García)… sumergiéndonos en guerras, guerrilla, alzamientos, levantamientos hasta que llegó el Gran Pacificador, el Gendarme Necesario, que gobernó el país como su hacienda; - a la democracia que excluyó a los comunistas luego de haber contribuido a la lucha contra las dictaduras (Gómez y Pérez Jiménez), abriendo el camino para nuevas guerrillas urbanas; - el chavismo llegó acabar con todo lo que se construyó en democracia y ahora sus opositores pretende eliminar y exterminar todo lo que hicieron los chavistas.

Concluyo mi reflexión entendiendo que la necesidad de reconocimiento por territorio, religión, pensamiento, amor, patria, deseos, sueños… ha enfrentado a la humanidad. Pero la historia continúa, las naciones cambian, se amplían, se unen, reconstruyen…pero no se acaban. Queda su gente. Por ello es tan importante entender que sólo todos remando en un mismo sentido es que se puede salir adelante. ¡En el hoy y ahora! Pretender acabar con estos últimos 20 años en contra de la máxima briceniana es un despropósito. Sobre todo cuando tenemos que aprender a convivir con otro enemigo: el coronavirus. Cuando debemos enfrentar cambios importantes en nuestra forma de vida. De ahora en adelante cuidarnos, producir y relacionarnos no será lo mismo. Los proyectos de vida es muy probable que se modifiquen, alteren o pospongan. La protección en cuanto al tapa bocas, distanciamiento social, salir a lo estrictamente necesario y evitar sitios aglomerados es indispensable. Entonces comprender que si podemos convivir con un virus mortal ¿por qué no podemos convivir con personas que piensen diferente a nosotros? Sin aniquilar y sin impunidad. 

Esta crisis la tenemos que resolver los venezolanos: chavistas, adecos, copeyanos, masistas…católicos, cristianos, negros, blancos, homo y hétero sexuales…juntos a construir el Orden Social que surja de nuestras entrañas ¡No es un sueño imposible! la sociedad no puede seguir aislada ocupándose de los suyo, sin sentido de país, de colectivo y la política, gobierno, poder, partidos… por otra. Ha sido un error querer acabar con el país para sacar a Chávez y ahora a Maduro, en lugar de asumir la responsabilidad de transitar el arduo camino de la política, de eso se trata la democracia de ejercerla, exigirla… no abandonarla para que el enemigo la pisotee. En conclusión la historia va y viene, en el eterno retorno de los estoico, en función del espíritu de los tiempos (Zeitgeist) pero siempre, siempre debe tener sentido de continuidad.