Por Egildo Luján Nava


El tema del momento, pertinente al destino político y social venezolano, se desarrolla en la República de Cabo Verde. Es decir, en un país africano, antigua colonia portuguesa, y que, con una población de un poco más de medio millón de habitantes, y ubicado en un archipiélago volcánico frente a la costa noroeste de África, ha terminado siendo epicentro del mayor interés criollo. Es decir, de repente -porque es así- este espacio territorial de la isla más grande del archipiélago africano, Santiago, donde se encuentra la capital del país, Praia, ha pasado a ser sitio de noticias de primera página, y principalmente en los Estados Unidos, Colombia y, desde luego, entre los lugares noticiosos de los pocos medios que circulan en Venezuela.

Y el sitio ha terminado siendo así, porque en uno de sus aeropuertos comerciales ha aterrizado para reabastecer de combustible al avión donde viajaba nada más y nada menos que el empresario colombiano Sr. Alex Saab. Y no precisamente sólo por el hecho de ser empresario y colombiano, sino también por haberse presentado haciendo gala de poseer un supuesto pasaporte diplomático venezolano, y debido a que, por estas partes del mundo de los negocios internacionales, se le acusa de ser “negociador o testaferro de clanes delictivos de ciertos personeros de varios gobiernos”. Es decir, especial figura lo suficientemente importante a nivel delictivo como para que exista una orden de Inter-Pol, de captura y extradición, para ser extraditado y sometido a juicio, a solicitud del Gobierno de los Estados Unidos de Norte América.

Sucedida la captura gubernamental y convertida en un verdadero escándalo de marca mayor, la citada extradición del Sr. Saab se ha constituido en una verdadera batalla tribunalicia entre el Gobierno de los Estados Unidos y el de Venezuela en Cabo Verde. Cada equipo legal, en ambos casos, reclama la extradición para sus respectivos países. El norteamericano para someterlo a juicio y llevarlo a la cárcel; el venezolano para obviar el juicio, encubrirlo y evitar que revele información, presuntamente, muy comprometedora. La pequeña isla africana, entonces, contrariamente a lo que ha sucedido en otras partes del mundo, donde la pandemia de presunto origen chino se ha encargado de golpear a la economía global y convertir tal hecho en quiebra general hasta de la F-1, de pronto, ha convertido su hotelería en el asiento de un tropel de abogados, autoridades y representantes de todo tipo y procedencias, cobrando honorarios millonarios en dólares para no permitir que se lleven al Sr. Saab a USA.

Las apuestas insulares que se habrían sumado a semejante posibilidad, supuestamente, incorporan ahora dos nuevos instrumentos o piezas de transacción: proteger el secreto implícito en el temor que representa el hecho de que lo que sabe el hoy detenido -y aún no enjuiciado- es un verdadero cúmulo de información que compromete peligrosamente y en términos judiciales, a varios integrantes de las Fuerzas Armadas y algunos personeros del régimen venezolano. De igual manera, que la naturaleza de los presuntos delitos es sólo apenas un tipo, entre las variedades del mercado, por lo que el riesgo es que, en potenciales investigaciones, se multipliquen los nombres y hagan su debut otros tipos de implicados y de delitos.

El gobierno de la Republica de Cabo Verde ya autorizó la extradición, pero queda pendiente la decisión del Tribunal Superior del Archipiélago, en una batalla leguleya para determinar quién se lleva el trofeo "Alex Saab" y a dónde: ¿A USA o a Venezuela?. Lo que sí es evidente, es que, de ser falso que el Sr. Saab tenga información comprometedora, se justifica la pregunta obvia: ¿cuál es la razón e interés de Venezuela en el caso, si este señor es Colombiano de nacimiento?. Adicionalmente, ¿a qué se debe el silencio del Gobierno colombiano ante todo lo que ya se promueve como verdadero espectáculo internacional?.

Aparentemente, y por temor a ser eliminado, el Sr. Saab contaría con protección de alto riesgo y está rodeado de todo tipo de seguridad. Todo indica que, por sobre lo que hasta pudiera “mover y lograr legalmente el Gallo Garsón”, el colombiano terminará siendo enviado a USA. Sin embargo, con tanto dinero involucrado, cualquier cosa puede pasar. Es que, además, como si otra flor le faltara al ramillete, y de ser cierta la información que se ha divulgado en los medios, en cuanto a que el Sr. Saab posee información clasificada sobre todo tipo de negocio ilícito, tráfico de drogas, blanqueo de capitales entre otros, convertir dicho patrimonio en arma de primera y divulgar pormenores sobre sus representados, pondría en peligro a muchos personajes de gobiernos y empresarios de muchos países.

¿Entre ellos?: por una u otra razón, siendo verdad o siendo mentira, todo nombre tiene cabida. La lista es larga. Y como se leen los nombres de Venezuela, México, España, Cuba, otros países de América latina, además de Europa, Medio Oriente, entre otros tantos, es por lo que la percepción que priva es que el trofeo “Alex Saab”, finalmente, se lo llevará el Gobierno de los Estados Unidos de Norte América. Si esto último es lo que sucediera, sin duda alguna, con mucha complacencia, alegraría a los venezolanos, especialmente, por las posibles consecuencias que producirían tantas revelaciones en el seno gubernamental, sobre todo después que el propio Canciller de la República reveló públicamente que el detenido es funcionario nacional, en el ejercicio de responsabilidades de orden económico y social.

En relación al régimen venezolano, el Presidente norteamericano, Donald Trump, ha dicho que todas las posibilidades están sobre la mesa. Adicionalmente, ha instrumentado un enorme operativo naval frente a las costas venezolanas, notificando haber incautado y paralizado el traslado de droga. Asimismo, ha restringido el ingreso de combustible iraní al país; tiene apostadas tropas élites muy cerca de nuestras fronteras con todo tipo de equipo bélico. ¿Será que todo este escándalo internacional sobre los delitos del Sr. Alex Saab, sus conexiones, redes de negocios ilícitos e informaciones comprometedoras, podrían ser la gota que rebosará el vaso a que se refiere el Presidente Trump? ¡TIEMBLA TIERRA!