¿Qué es el R2P?
Política 08/10/2020 08:00 am         


El Acuerdo se presenta como la única forma pacífica de lograr una transición democrática en Venezuela



Por Egildo Luján Nava

Permitiendo destrabar al país y obtener toda la ayuda internacional ofrecida para lograr la realización de unas elecciones nacionales libres y democráticas


El R2P es un Acuerdo de Compromiso Político entre todas las naciones o Estados miembros integrantes de las Naciones Unidas, firmado en la Cumbre Mundial del año 2005. Contempla la defensa de los ciudadanos del abuso de cualquier régimen o autoridad interna que vulnere sus derechos y/o seguridad, tanto física como humanitaria, haciendo énfasis prioritariamente en cuatro razones principales en: prevención del genocidio, crímenes de guerra, discriminaciones étnicas y "CRIMENES DE LESA HUMANIDAD". Es un Acuerdo basado en evitar que falsos e ilegítimos gobiernos, regímenes criminales o dictatoriales, se refugien -para no ser intervenidos- en el concepto de "Soberanías Nacionales" y soslayar o impedir así cualquier ayuda externa para proteger a una población indefensa o sometida a amenazas. 

Recientemente, el 23 de septiembre del año en curso, el Presidente Interino de Venezuela, Ingeniero Juan Guaidó, solicitó a las Naciones Unidas la aplicación del antes citado Acuerdo R2P, suscrito por todos sus Miembros en el año indicado. El alegato que se expuso ante ese organismo internacional, fue que: en Venezuela se violan flagrantemente los derechos ciudadanos y se cometen reiteradamente "CRIMENES DE LESA HUMANIDAD". La petición se basó tanto en el Informe elaborado por la Dra. Michelle Bachelet Jeria, Alta Comisionada de las Naciones Unidas Para los Derechos Humanos (desde 1/9/2.018). Allí, con mucha amplitud, se detallan las profusas y múltiples violaciones de los mismos. De igual manera, en el Informe presentado y contentivo de iguales características por el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Doctor Luis Almagro.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), por su naturaleza diplomática y política por conveniencias, es como un enorme elefante con patas muy cortas al que no le permiten movilizarse ágilmente. En el caso venezolano, al ser sometido al Consejo de Seguridad del mencionado 0rganismo, integrado, entre otros, por China y Rusia, las exigencias mayores, porque tienen el derecho de veto, pero, además, son aliados del Señor Nicolás Maduro, es decir, por quien es reconocido en la ONU como Presidente de Venezuela. Sin duda alguna, este hecho no hace fácil que la ONU acometa una acción únicamente en función de la petición formulada por el Presidente Interino venezolano, Ingeniero Juan Guaidó.

Ahora bien, ANCO, la Organización Civil venezolana, una vez más, ha propuesto hacer una consulta pertinente sobre los mencionados temas. Se le haría a los ciudadanos, y con base en un conjunto de preguntas claramente detalladas; de contenido claro y sin dejan dudas sobre las acciones, decisiones y rumbo que el Soberano exige para el país. El resultado de la consulta le daría mucho peso a la petición, ampliando las posibilidades y justificación, para que el organismo internacional proceda en favor del pueblo venezolano, y evite irrespetar el mandato de una mayoría ciudadana. Sobre todo, teniendo presente que la consulta sería hecha bajo la estricta tutela y supervisión de esas mismas organizaciones internacionales.

Es relevante resaltar la importancia que tiene la redacción de las preguntas a formular en la consulta al pueblo. Estas no pueden ser ambiguas ni confusas; deben ser cortas, de interpretación sencilla, precisas y referidas a los temas y problemas específicos, tanto políticos como sociales que preocupan al Soberano y que, obviamente, puedan ser respondidas con un SÍ o un NO. Es oportuno señalar que ya la Asamblea Nacional aprobó hacer la consulta en referencia, pero, lamentablemente, entonces propuso dos únicas interrogantes que no parecieran cumplir con las necesidades, claridad y propósitos de la misma. Por lo pronto, es imperativo reafirmar la importancia, méritos y necesidad de realizar la consulta. Lo más relevante es que la misma le permite al Soberano expresar su voluntad en forma clara, universal y constitucionalmente; de incuestionable y obligatorio cumplimiento tanto nacionalmente como para los organismos internacionales, a saber: ONU, OEA, COMUNIDAD EUROPEA o cualquier otra, tal y como lo expresa el referido Acuerdo.

Finalmente, no se puede dejar de hacer referencia a aquellos que se oponen a la consulta, argumentando que ya se hizo años atrás, y que no hubo ningún resultado, sobre todo teniendo en cuenta que el escenario actual es completamente distinto. Bastaría con hacerle seguimiento a lo siguiente: el mundo entero tiene los ojos puestos en Venezuela. De hecho, más de 60 países desconocen al régimen actual y, en cambio, reconocen al Presidente Interino y a la Asamblea Nacional como manifestaciones oficiales legítimas. De igual manera, el país está en ruinas; entre altos niveles de inseguridad y de hambruna; además de sumido entre miles de protestas en las calles. Innegablemente, Venezuela es una Nación económicamente quebrada. La Industria Petrolera, la misma que le garantizó prosperidad a su población durante más de 100 años, ya colapsó, y eso se traduce, adicionalmente, de hecho, en que la única relevante fuente de ingresos carga con el peso de representar una actividad productiva vetada crediticiamente. Y eso se plantea, desde luego, una vez que los organismos financieros internacionales y el país más poderoso del mundo, los Estados Unidos de América, USA, han terminado ofreciendo millones de dólares por el rescate o captura de las principales autoridades del régimen. 
 
El Acuerdo se presenta como la única forma pacífica de lograr una transición democrática en Venezuela, permitiendo, obviamente, destrabar al país y obtener toda la ayuda internacional ofrecida -y que se necesita- para lograr la realización de unas elecciones nacionales libres y democráticas, fundamentadas en todas las garantías de obtener resultados limpios, seguros y ordenadamente supervisados a nivel nacional e internacional. Si tales comicios se desarrollan de esa manera y se obtienen resultados fundamentados en una consulta imparcial, a la vez que se cumple con todas las normas de seguridad, a la ONU, OEA Y A LA COMUNIDAD EUROPEA, les sería muy difícil incumplir la petición de atender el Acuerdo R2P, mejor dicho, esa innegable tabla de salvación para muchas partes involucradas y comprometidas, y las cuales lucen imposibilitadas de impedir que Venezuela continúe siendo un país a merced de ocurrencias, de improvisaciones y de un futuro de aventureros.







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