Más que un Voto
Análisis 01/12/2020 07:00 am         


Las elecciones del 6-D, además de la integración de la AN, supondrán una recomposición política.



En las elecciones parlamentarais del próximo 6 de diciembre está en juego no solo la integración de la nueva Asamblea Nacional que a diferencia de las anteriores tendrá una composición proporcional al electorado, la mitad de sus miembros del sexo femenino, y con un órgano rector renovado, sino que sus resultados implicarán una redefinición del escenario político Hace cinco años cuando la oposición representada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) obtuvo un rotunda victoria en la consulta legislativa que le otorgaba la mayoría por primera vez en una AN hasta entonces bajo el control oficialista se abría un significativo espacio para la reinstitucionalización del Estado con el cese del ”choque de poderes” que a partir de 2007 alimenta la severa y costosa polarización que vive del país y sin cuya superación no será fácil lograr un mínimo de convivencia indispensable para acometer la superación de la catástrofe nacional. 

En aquel momento la derrota del chavismo-madurismo demostraba que su fortaleza de los últimos años se resentía por divergencias graves en el llamado Polo Patriótico ; la ausencia del peso simbólico del líder fundador; el deterioro de la situación económica por la caída del ingreso petrolero; la aparición de los síntomas de lo que sería luego la hiperinflación más alta del mundo y todo ello agravado por el costo que supondrían las sanciones y restricciones financiera que eran previsibles con la vigencia del reciente Decreto Obama. Los números opositores en cambio apuntalados en una valiosa experiencia unitaria por primera vez dibujaban un camino despejado para nuevas victorias y lógicamente la propia Presidencia de la República. Era ciertamente, la primera vez que una dirigencia que actuaba a nombre de la tendencia opositora mayoritaria pero todavía carente de consistencia orgánica y eficacia social tenía abiertas claramente ante sus ojos,- de actuar con el realismo necesario- las propias puertas de Miraflores. 

Para ello se contaba además con un cronograma a la mano: realización a corto plazo de elecciones de gobernadores, alcaldes, concejales y la Presidencia de la República, además del recurso constitucional del referendo revocatorio .Para rematar una ruta victoriosa bastaba con recordar que el reciente triunfo parlamentario del 5 de diciembre de 2015 (incluso además del CNE el propio Maduro lo reconoció con su presencia en el Palacio Legislativo ) no implicaba una batalla decisiva por el poder con el cese de las funciones del mandatario sino la conquista del control de una institución clave del Estado y en ese contexto el inicio del desmontaje de la hegemonía chavista-madurista y al fin (después de casi dos décadas) la posibilidad cierta de victoria para la nación democrática.

Nuevamente lo que recomendaba el sentido común y el tacto político más elemental fue increíblemente desechado por quienes mediante el voto habían recibido la confianza y la esperanza de millones de compatriotas, pero peor aun, por obra del voluntarismo y el culto a la aventura habría de invertirse en la práctica una tendencia que seguramente se expresaría ahora, cinco años después, en un nuevo e inobjetable triunfo. Cuando el voto que es el mecanismo de la política que se asemeja a las piernas del ser humano como indispensable para caminar , demostraba que el régimen era derrotable pese a condiciones oficiales adversas o claramente ventajistas y que la unidad era posible y necesaria para cosechar victorias, se hizo todo lo contrario.

El 6 de diciembre venidero supone entonces un verdadero dilema para el elector común optimista hace un lustro..La impredecible crisis que se vislumbraba entonces ya ha tocado fondo y el “Caso Venezuela” es hoy en día un ejemplo mundial de cómo una nación puede pasar de niveles alentadores e incluso envidiables de bienestar a ser un deplorable muestrario de pobreza y descomposición. También mas que inexplicable es doloroso cómo una dirigencia política que contó con el favor de la mayoría de los electores de su país y contrajo un compromiso con ellos para enfrentar la tragedia que los envuelve, cinco años después pasa de la unidad exitosa a los enfrentamientos más bajos entre sí misma y para colmo con acusaciones de corrupción o por quién gana el favor de una potencia extranjera con exigencias de invasiones y sanciones contra sus compatriotas y la soberanía nacional.

No obstante, en esta ocasión se percibe como dato positivo la presencia en las planchas y las postulaciones en su mayoría de mujeres y jóvenes provenientes de organizaciones de la sociedad civil y del interior, que han abordado una campaña con entusiasmo y propuestas e ideas renovadoras, y que rescatan el necesario manejo del sufragio como el único instrumento valioso y eficaz para la expresión de la voluntad popular. Un hecho además altamente significativo toda vez que la institución del voto es estigmatizada ferozmente en especial como señala Claudio Fermín “por los que saben que no pueden ganar”-







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