La Aventura de AD
La Aventura de AD
Análisis
19/09/2021 08:00 am
El 29 de julio de 1941 es legalizado el partido Acción Democrática y el 13 de septiembre realiza su primera asamblea pública en el Nuevo Circo de Caracas.
El nacimiento de Acción Democrática resume una etapa significativa de la historia venezolana y la trayectoria de Rómulo Betancourt miembro de la generación estudiantil del 28 en rebeldía contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, pero además con dos exilios dedicados al estudio de las doctrinas políticas y sociales en boga y la investigación de la economía y la realidad social del país. Ello como antecedente al conjunto de ideas y planteamientos que dieron origen al llamado “Plan de Barranquilla” en 1931, el cual formuló un programa de acción no sólo referido a la caída de la dictadura, sino también sobre las bases para la construcción económica y el desarrollo social de un país todavía anclado en el atraso del siglo anterior.
GALLEGOS, CANDIDATO
El nuevo partido agrupa a militantes y sectores con participación en la lucha postgomecista y con ideas avanzadas en sintonía con las corrientes progresistas que se debatían entonces en la escena internacional. En AD encuentran espacio militantes de los sindicatos, organizaciones artesanales y de oficios como maestros, telegrafistas y del mundo intelectual encabezados por las figuras ya consagradas de Rómulo Gallegos y Andrés Eloy Blanco. El autor de “Doña Bárbara” es escogido como candidato simbólico frente a Isaías Medina Angarita sucesor de Eleázar López Contreras en la escogencia presidencial de ese año por el Congreso Nacional. Si bien se conocía que se trataba de un simple gesto opositor frente al lopecismo-medinismo, Gallegos abrió el camino para una intensa movilización nacional y el apoyo de sectores que apostaban a una organización partidista nueva, de masas y dirigencia democrática, frente al viejo caudillismo.
18 DE OCTUBRE DE 1945
Tras cuatro años de trabajo organizativo a lo largo del país y la incorporación a sus filas de sindicatos y ligas campesinas, Acción Democrática el 18 de octubre de 1945 es el principal partido comparado con las estructuras oficialistas alimentadas por los recursos del Estado. Ese día, precisamente, se registra un golpe militar que depone a Medina Angarita acusado de pretender perpetuarse en el poder mediante un ministro favorito o la posibilidad de que López Contreras con mayoría legislativa insista en la retoma de la Presidencia de la República. Los jóvenes oficiales de la Unión Patriótica Militar con el control de las armas comprometen a Betancourt en la Presidencia de una Junta Cívico- Militar para adelantar las reformas políticas y administrativas en la vía de consolidar la democracia representativa. En tres años, la Revolución de Octubre convoca a una Asamblea Constituyente que aprueba una Constitución que profundiza el voto a mujeres y analfabetos; se fundan nuevos partidos y se convoca las primeras elecciones con voto directo y universal que 1947 elige, ahora sí, a Rómulo Gallegos como Presidente Constitucional de Venezuela.
EXILIO Y CLANDESTINIDAD
Desavenencias entre el alto mando militar y la dirigencia de Acción Democrática conducen el 24 de noviembre de 1948 al derrocamiento de Gallegos y comienzan diez años de gobiernos con influencia militares y luego la dictadura abierta de Marcos Pérez Jiménez desde 1953. Fueron años de destierro, persecuciones, cárceles, torturas y asesinatos de figuras emblemáticas en la lucha clandestina como Leonardo Luis Pineda y Antonio Pinto Salinas, entre otros…
VUELVE LA DEMOCRACIA
El 23 de enero de 1958, regresa la democracia con la caída de Marcos Pérez Jiménez y comienza una transición que al año celebra elecciones en el juego plural de los partidos políticos en la cual resulta electo, ahora sí, mediante el voto Rómulo Betancourt, quien entregara el cargo 5 años después a su compañero de generación y de luchas clandestinas, Raúl Leoni. Divisiones en el partido, un cuadro político de conspiraciones y de golpes militares frustrados caracterizan ambos gobiernos, pero finalmente, los valores democráticos se mantienen intactos. En 1973, regresa AD al poder, ahora en manos de Carlos Andrés Pérez, representante de la generación intermedia con papel protagónico en el combate a la dictadura. Luego de un paréntesis de 5 años que marca la alternancia presidencial AD-COPEI llega a Miraflores en 1983 Jaime Lusinchi, también de dura formación clandestina quien en 1988 entrega la presidencia de nuevo a Carlos Andrés Pérez en la primera reelección presidencial de la etapa democrática. Pérez deberá enfrentar un periodo inconcluso por la complicación del clima político, graves desajustes sociales y la fractura de las fuerzas armadas, todo lo cual abrió el camino para que 5 años después accediera a la presidencia un oficial que había promovido intentonas golpistas a lo largo de 1992.
NUEVO REGIMEN
El advenimiento de la revolución bolivariana de Hugo Chávez y posteriormente de Nicolás Maduro, más que un cambio de gobierno ha representado un cambio de sistema, en el cual las viejas organizaciones políticas, como es lógico, dieron paso a nuevos partidos inspirados en circunstancias distintas a las que marcaron el nacimiento de los llamados “partidos históricos”. Frente a todas las dificultades que se conocen, en las últimas elecciones de gobernadores en 2017, las 4 posiciones ganadas por la oposición (Táchira, Mérida, Nueva Esparta y Anzoátegui) correspondieron a candidatos de la organización diseñada y conducida por largo tiempo por Rómulo Betancourt, a quien los historiadores reiteran como el “padre de la democracia”.
GALLEGOS, CANDIDATO
El nuevo partido agrupa a militantes y sectores con participación en la lucha postgomecista y con ideas avanzadas en sintonía con las corrientes progresistas que se debatían entonces en la escena internacional. En AD encuentran espacio militantes de los sindicatos, organizaciones artesanales y de oficios como maestros, telegrafistas y del mundo intelectual encabezados por las figuras ya consagradas de Rómulo Gallegos y Andrés Eloy Blanco. El autor de “Doña Bárbara” es escogido como candidato simbólico frente a Isaías Medina Angarita sucesor de Eleázar López Contreras en la escogencia presidencial de ese año por el Congreso Nacional. Si bien se conocía que se trataba de un simple gesto opositor frente al lopecismo-medinismo, Gallegos abrió el camino para una intensa movilización nacional y el apoyo de sectores que apostaban a una organización partidista nueva, de masas y dirigencia democrática, frente al viejo caudillismo.
18 DE OCTUBRE DE 1945
Tras cuatro años de trabajo organizativo a lo largo del país y la incorporación a sus filas de sindicatos y ligas campesinas, Acción Democrática el 18 de octubre de 1945 es el principal partido comparado con las estructuras oficialistas alimentadas por los recursos del Estado. Ese día, precisamente, se registra un golpe militar que depone a Medina Angarita acusado de pretender perpetuarse en el poder mediante un ministro favorito o la posibilidad de que López Contreras con mayoría legislativa insista en la retoma de la Presidencia de la República. Los jóvenes oficiales de la Unión Patriótica Militar con el control de las armas comprometen a Betancourt en la Presidencia de una Junta Cívico- Militar para adelantar las reformas políticas y administrativas en la vía de consolidar la democracia representativa. En tres años, la Revolución de Octubre convoca a una Asamblea Constituyente que aprueba una Constitución que profundiza el voto a mujeres y analfabetos; se fundan nuevos partidos y se convoca las primeras elecciones con voto directo y universal que 1947 elige, ahora sí, a Rómulo Gallegos como Presidente Constitucional de Venezuela.
EXILIO Y CLANDESTINIDAD
Desavenencias entre el alto mando militar y la dirigencia de Acción Democrática conducen el 24 de noviembre de 1948 al derrocamiento de Gallegos y comienzan diez años de gobiernos con influencia militares y luego la dictadura abierta de Marcos Pérez Jiménez desde 1953. Fueron años de destierro, persecuciones, cárceles, torturas y asesinatos de figuras emblemáticas en la lucha clandestina como Leonardo Luis Pineda y Antonio Pinto Salinas, entre otros…
VUELVE LA DEMOCRACIA
El 23 de enero de 1958, regresa la democracia con la caída de Marcos Pérez Jiménez y comienza una transición que al año celebra elecciones en el juego plural de los partidos políticos en la cual resulta electo, ahora sí, mediante el voto Rómulo Betancourt, quien entregara el cargo 5 años después a su compañero de generación y de luchas clandestinas, Raúl Leoni. Divisiones en el partido, un cuadro político de conspiraciones y de golpes militares frustrados caracterizan ambos gobiernos, pero finalmente, los valores democráticos se mantienen intactos. En 1973, regresa AD al poder, ahora en manos de Carlos Andrés Pérez, representante de la generación intermedia con papel protagónico en el combate a la dictadura. Luego de un paréntesis de 5 años que marca la alternancia presidencial AD-COPEI llega a Miraflores en 1983 Jaime Lusinchi, también de dura formación clandestina quien en 1988 entrega la presidencia de nuevo a Carlos Andrés Pérez en la primera reelección presidencial de la etapa democrática. Pérez deberá enfrentar un periodo inconcluso por la complicación del clima político, graves desajustes sociales y la fractura de las fuerzas armadas, todo lo cual abrió el camino para que 5 años después accediera a la presidencia un oficial que había promovido intentonas golpistas a lo largo de 1992.
NUEVO REGIMEN
El advenimiento de la revolución bolivariana de Hugo Chávez y posteriormente de Nicolás Maduro, más que un cambio de gobierno ha representado un cambio de sistema, en el cual las viejas organizaciones políticas, como es lógico, dieron paso a nuevos partidos inspirados en circunstancias distintas a las que marcaron el nacimiento de los llamados “partidos históricos”. Frente a todas las dificultades que se conocen, en las últimas elecciones de gobernadores en 2017, las 4 posiciones ganadas por la oposición (Táchira, Mérida, Nueva Esparta y Anzoátegui) correspondieron a candidatos de la organización diseñada y conducida por largo tiempo por Rómulo Betancourt, a quien los historiadores reiteran como el “padre de la democracia”.
