Se Calienta el Esequibo
Se Calienta el Esequibo
Análisis
24/04/2019 05:00 am
El Esequibo nunca está en calma
El reclamo venezolano sobre el territorio esequibo gravita irremediablemente en la política nacional desde que a finales del siglo XIX se formalizó por medio del Laudo Arbitral en París el despojo del territorio por el Imperio Británico y que posteriormente, por la vía de la descolonización, pasó a la actual jurisdicción de la República Cooperativa de Guyana.
Más allá del asunto puramente jurídico, en los últimos años se incorpora también como un dato potencialmente explosivo el otorgamiento de concesiones petroleras por Georgetown a empresas extranjeras en el área. La reciente decisión del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, de renunciar al papel de negociador como fórmula acordada por los dos países y en consecuencia remitir la solución del conflicto a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), facilita a Guyana el pase a la ofensiva diplomática, tal como está ocurriendo, al insistir diariamente en que ese camino sea recorrido también por Venezuela que, como se sabe, históricamente ha desconocido las conclusiones del Laudo parisino.
El gobierno de Maduro insiste en la negativa de poner el caso en manos de la CIJ consecuente con la posición asumida por los gobiernos anteriores y en este caso incluso con el apoyo de sectores de la mayoría opositora como la Asamblea Nacional, que si bien discrepan del manejo político en los últimos años de las relaciones con el vecino, reivindican la legitimidad del reclamo. Por otra parte, la prensa anuncia la celebración el próximo mes de mayo de maniobras militares del Comando Sur de Estados Unidos en el territorio en disputa, que si bien estarían destinadas a la preparación de fuerzas especializadas en ayuda humanitaria, no deja de ser un motivo que incremente las sospechas sobre el riesgo de un posible conflicto armado. De allí que organizaciones de la sociedad civil como el Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (Idefv) y el Frente Institucional Militar (FIM), integradas por oficiales venezolanos han planteado la urgencia de tomar medidas más concretas para reafirmar los derechos del país.
El recalentamiento del tema del Esequibo se inscribe ahora –y de allí que despierte atención en la comunidad internacional- en el marco de una crisis ante la cual se ha levantado por voceros de EEUU, del gobierno colombiano e incluso del propio presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, la posibilidad cierta de una incursión militar, lo cual dibuja un escenario impredecible en sus consecuencias no sólo para el país, sino también para la región suramericana donde varios gobiernos han tomado partido en forma militante para ejercer presión sobre Caracas. En esas condiciones, resultaría necio no reconocer la gravedad que asumen en el futuro inmediato las conflictivas relaciones entre Venezuela y Guyana.
El gobierno de Maduro insiste en la negativa de poner el caso en manos de la CIJ consecuente con la posición asumida por los gobiernos anteriores y en este caso incluso con el apoyo de sectores de la mayoría opositora como la Asamblea Nacional, que si bien discrepan del manejo político en los últimos años de las relaciones con el vecino, reivindican la legitimidad del reclamo. Por otra parte, la prensa anuncia la celebración el próximo mes de mayo de maniobras militares del Comando Sur de Estados Unidos en el territorio en disputa, que si bien estarían destinadas a la preparación de fuerzas especializadas en ayuda humanitaria, no deja de ser un motivo que incremente las sospechas sobre el riesgo de un posible conflicto armado. De allí que organizaciones de la sociedad civil como el Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (Idefv) y el Frente Institucional Militar (FIM), integradas por oficiales venezolanos han planteado la urgencia de tomar medidas más concretas para reafirmar los derechos del país.
El recalentamiento del tema del Esequibo se inscribe ahora –y de allí que despierte atención en la comunidad internacional- en el marco de una crisis ante la cual se ha levantado por voceros de EEUU, del gobierno colombiano e incluso del propio presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, la posibilidad cierta de una incursión militar, lo cual dibuja un escenario impredecible en sus consecuencias no sólo para el país, sino también para la región suramericana donde varios gobiernos han tomado partido en forma militante para ejercer presión sobre Caracas. En esas condiciones, resultaría necio no reconocer la gravedad que asumen en el futuro inmediato las conflictivas relaciones entre Venezuela y Guyana.
El Esequibo nunca está en calma.
