Cayo de agua: paraíso que seduce
Identidad 03/11/2019 05:00 am         


Uno de los lugares más hermosos de la costa caribeña de Venezuela



Cayo de Agua es el nombre de una isla del Archipiélago Los Roques. El nombre de este cayo tiene su origen en el hecho de tener pozos de agua dulce dentro de él. Es uno de los lugares más hermosos de la costa caribeña de Venezuela. Cada mes, miles de turistas de todo el mundo, lo visitan atraídos por su belleza sin comparación alguna. Casi completamente virgen, es un territorio bendecido por Dios. Se nota apenas se va entrando en yate o lancha por un segmento de costa llamado Sebastopol. El espectáculo de cambios de color en el mar que ofrece esa zona es una maravilla que bien podría figurar en la lista oficial de las que figuran en el planeta. La belleza incomparable de sus arenas blancas y playas solitarias, aunado al colorido y exotismo de las aves que se pueden encontrar en sus alrededores hacen de ese lugar la mejor playa que se conozca, aunque fue nombrada como la mejor playa número 7 en el ranking mundial. Forma, junto a otros cayos vecinos, una pequeña piscina natural que la convierte en el lugar ideal para el buceo, con sus pozos de agua dulce que invitan a sumergirse y sorprenderse con los cardúmenes de peces de colores y enclaves coralinos.

AZULES NUNCA VISTOS
Esta isla alucinante se encuentra al norte de Venezuela, en el extremo oeste del Parque Nacional Los Roques. Cuando la visite, convendrá que jamás había visto tonos de azules como los que la vista disfruta por esos parajes. Es un lugar paradisíaco, con un camino de arena que une a dos bancos de arena; otro de los singulares atractivos de Cayo de Agua es justamente esa franja de arena que recorre los 0,609 km² que ocupa esta parte del territorio y que la divide en dos. Cuando sube la marea el agua sobre la franja de arena puede llegar a elevarse un poco o inclusive llegar hasta la cintura convirtiéndose en una piscina de agua en pleno mar, donde las transparentes aguas permiten contemplar el suelo marino. Se practica también la navegación recreacional en diversos tipos de embarcaciones como kayak, velero, bote de remo y catamarán (en todo el parque se impone un límite de 80 pies de eslora); windsurf, buceo o submarinismo sin tanques, pesca deportiva con caña, observación de aves y excursiones a pie.

EL SOL PICA
En este islote no hay palmeras o vegetación y por eso recomiendan llevar una sombrilla o toldillo para contener un poco los rayos del sol. En esta parte del mundo hay que tener respeto por el astro-rey. Tampoco hay restaurantes o algún local de ventas que contamine los cayos. Pero a pesar de la falta de este tipo de servicios, estas aguas entran, sin lugar a dudas, dentro de las mejores playas del planeta. Debido a las condiciones ambientales extremas y la carencia de agua dulce, los animales terrestres no abundan. La lista se limita a algunas especies de iguanas y lagartijas, arañas e insectos. El murciélago pescador es el único mamífero terrestre autóctono. Es en el agua donde la inmensa riqueza se vuelve evidente: 280 especies de peces, 200 especies de crustáceos, 140 especies de moluscos, 61 especies de corales, 60 especies de esponjas y 45 especies de erizos y estrellas de mar. Abundan los delfines, ballenas, mantarrayas y tortugas.

Los animales más representativos son la tortuga verde, el botuto o caracol reina rosado, la langosta espinosa y peces típicos de los arrecifes de coral y 92 especies de aves. Los Roques es punto de encuentro de unas 50 especies de aves migratorias de América del Norte. Entre las aves más frecuentes está el pelícano dos especies de pájaro bobo, el de patas coloradas, el piquero café y la gaviota guanaguanare; también suelen observarse algunos grupos de flamencos.

En el archipiélago anidan regularmente cuatro tipos de tortugas que están en la lista de especies amenazadas a nivel mundial: tortuga cabezona o caguama, tortuga verde o blanca, tortuga laúd o cardón y la famosa tortuga carey. La flora se resume en varias especies de mangle, extensas praderas de fanerógamas marinas, especies halófitas como hierba de vidrio, verdolaga roja o campanilla de playa, cactus como la tuna y el buche o melón. Los pescadores reciben la bienvenida de unas aguas apacibles, generalmente de color turquesa, repletas de langostas, cangrejos e incontables tipos de peces. Se ubica aproximadamente 45 minutos de navegación desde la Isla Gran Roque, donde se concentran todas las posadas y servicios turísticos del archipiélago. Sólo hay 1800 habitantes y su clima es cálido y seco, con temperatura anual promedio de 27,3 °C.

LOS COLONIZADORES YA LO REGISTRARON
Se cree que el archipiélago aparece en la cartografía de los colonizadores españoles a partir de 1529, siendo reclamadas oficialmente por éstos a partir de 1589 como parte de la Provincia de Venezuela. A partir del año 1910 empieza a consolidarse el poblado del Gran Roque con familias provenientes de la Isla de Margarita, principalmente pescadores. El 20 de julio de 1938 las islas son integradas a las Dependencias Federales de Venezuela, y es sólo a partir del 8 de agosto de 1972 cuando el archipiélago es declarado Parque Nacional. Por ello, su crecimiento se ve limitado debido a las restricciones que implicó la declaratoria como Parque Nacional en los años 70. La mayoría de la población es de origen margariteño que llegaron a las islas -principalmente para dedicarse a la pesca- desde principios del siglo XX además de la presencia de pequeños grupos de extranjeros, especialmente italianos.

Los linderos oficiales forman un rectángulo que en su parte central posee un accidente geográfico costero llamado ensenada o Bajo de los Corales. Los Roques posee una estructura de atolón, poco frecuente en el Caribe pero típica del Océano Pacífico, con dos barreras externas formadas por comunidades coralinas, las cuales protegen al archipiélago de las corrientes fuertes; también, una laguna interna de aguas someras y fondos arenosos. La suntuosidad de sus aguas la convierten en la parada favorita de muchos turistas, que desean seguir conociendo los lugares más espectaculares de este emblemático destino venezolano, al que todos deberían visitar al menos una vez en la vida. Son tantas las maravillas que caracterizan a este destino de playa en Venezuela, que querrá quedarse por mucho más tiempo del que había planificado. No tendrá deseos de regresar. El día se va en un santiamén. Y siempre querrá volver.







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