En la Católica no hay ninguna clase de vencidos
Identidad 16/12/2020 07:00 am         


La UCAB cierra la quinta edición de la Feria del Libro y arranca la cátedra de DDHH Pedro Nikken. En el ínterin, el afán democrático.



Materia de estudio el fascinante hiperactivismo de la tenaz casa de estudios: no para. 


La UCAB cierra la quinta edición de la Feria del Libro y arranca la cátedra de DDHH Pedro Nikken. En el ínterin, el afán democrático. Materia de estudio el fascinante hiperactivismo de la tenaz casa de estudios: no para.

Contra viento y marea, crisis y encima pandemia, la Universidad Católica Andrés Bello se ha convertido en generosa fuente de buenas nuevas, una tras otra. Referentesocial, político, filosófico, que esgrimela esperanza como bandera, es también un recinto donde se cultiva la civilidad y bate alas la libertad de pensamiento, en contrapesoal pensamiento único. El claustroes cosecha de democracia que desborda la metáfora del techo verde del edificio de posgrados.

Todo cuanto produce la UCAB, investigaciones y trabajos de campo, asistencia social (becas) y de salud (el centro médico Santa Inés, tan bien equipado), vínculos con el contexto (porque la educación debe ser herramientaaterrizada), alianzas locales y con organismos multilaterales, libros con sello editorial propio,exposiciones, clases y eventos vía las nubes,y sin duda el Feriadel Libro del Oeste de Caracas, que llega a la quinta edición,confirma queno solo hay mucho sino que aquí se hace. Añádase el inicio este 10 de diciembre de la cátedra Pedro Nikken que honra al internacionalista fallecido el 9 de diciembre de 2019, día de los Derechos Humanos.

Sí, la desazón está raspada. La casa de estudios propone asumir la tragedia como desafío,aunqueparezca que no tenemos más manos que para malabarismos: mientras intentamos asir lo que podemos perderansiamosdetener lo que nos apalea.Laboratorio donde se forman los herederos de este despropósito, los que serán los forjadores del futuro que anhelamos, la UCAB convoca egresados y expertos de aquí y medio mundo para consultas y es una suerte de parlamento en ebullición que descarta la tesis del acabose, y pone 20 a la tarea de las soluciones.

Como el techo que inventaron los de Ingeniería, uno tan liviano que pudiera transportarse por empinadas zonas populares, tan accesible que pudieran adquirirlo los moradores de las llamadas viviendas informales, y a la vez tan resistente que no lo atravesaran las balas.La trama del tejido socialestá vueltajirones,igual quela productividad.Pero convertidos en una red que se ensanchaganándose nuevas voluntades, la UCAB, suerte de epicentro de hiperactividad, es fuerza centrípeta queimanta amás de dos mil grupos y fundaciones. Conrectoría inteligente y creativa se ha plantado como vanguardia de lucha en paz y no para, no ceja, no se rinde.

Durante el infinito apagón de 2019, sería la primeraen retomar la regularidad del estudio con ventanas abiertas al sol: el primer día asistió 80 por ciento del estudiantado, al siguiente, el ciento por ciento.Que hay que ingeniárselasdice en las pizarras. Perdón, en los whatsapp. En pandemia no son más bajos los números de asistencia a las clases de presencialidad a distancia como llaman. No les dicen virtuales porque no son grabadas. Lo cierto es que detenerse no es opción. Quejarse tampoco.
 
Con un espíritu jovialque parece hacerse más patente a medida que se aproxima a los 70—en 2023 el aniversario—, launiversidad se cuela en el ranking de los cien mejores claustros latinoamericanos. Escon esamisma persistencia con que estructuróel prodigioso levantamiento,pormenorizado en rubros y municipio por municipio,delas indignas circunstancias actuales, y con la quepresentó en 2014 el proyecto Encovique radiografía al país y no deja de actualizarse.En la página de Información Social —insoencovi— selleva la cuenta de la exageración de nuestra desnutrición, deserción escolar, carencias en salud y de los retrocesos de la democracia, su casi extinción institucional. 

Cifras respaldadas por un trabajo de campo que no deja dudas yda cuenta de lo tanto,abandono, coerción, aniquilamiento, ocultamiento, desdén, aprovechamiento, hegemonía comunicacional,violación de derechos humanos por parte de los envejecidos mandamases, la fracturaestá diseccionada con escalpelo.Pero no es solo el diagnóstico sin sesgo lo que buscala UCAB. La universidadtiene como premisa acceder a lo velado con el fin de resetearlo. Asombra.

Resetéate no solo es un lema entonado en una motivadora y pegajosa canción; la canción es el corolario de una creenciaen consenso en el sí se puede. Esa perseverancia es la que acaba de producirla quinta edición de la Feria del Libro del Oeste de Caracas (FLOC-2020), una fiesta de la cultura —que a nadie ofenda el término—para decirnos que seguir no es una insensatez, ni es un irresponsablecomo si nada. La grilla fue suculenta.
Durante cuatro días la FLOC-2020nos aproximó a la poesía deYolanda Pantin, voz de su propia obra y “de la de todos los autores” que la entrañan, como ella misma dice.Recientemente merecedora del premio García Lorca, conmovió a todos confesando así su pena:“No consigo las palabras para reflejar el dolor que siento por el país, quien pueda hacerlo que lo haga, que no se quede nadie callado”. Asistimos también a una conversación entre el investigador y profesor Carlos Sandoval, y los novelistas KrinaBer y Gustavo Valle,dos ganadores del Concurso Transgenéricode la Fundación para la Cultura Urbana.A la charla del carismático historiador, escritor y profesor Elías Pino. Al encuentro con poetas editados porla casa española Visorcon Mariana Gasparini y Verónica Jaffe. Y más.

Al monólogo del humorista Laureano Márquez. A la tertulia sobre poesía venezolana coordinada por entrañable Arturo Gutiérrez Plaza. A la presentación del libro Nuevo país del teatro, de la colección Rostros del Futuro de la biblioteca digital Banesco. Al montaje de Sangre en el diván, obra que construye e interpreta —se mimetiza— Héctor Manrique.A la exposición del genial artista plástico Víctor Hugo Irazábal, a quien se le rindierahomenaje y fuera condecorado con la orden Andrés Bello. A tertulias con invitados de medio mundo que hacen tanto foco en el arte como en los duros temas de la economía y la política. Y a un cierre con broche de oro.

El evento lo abriría el rector de la Universidad Católica, Francisco Virtuoso,subrayando la importancia de arremangarnos frente a la desesperanza: “Nadie en su sano juicio apostaría por una feria así en estos momentos, pero aquí estamos”. Explicó de seguidas cómo hacerlo:“Fue Gabriel García Márquez quien en un discurso refiriéndose a América Latina nos decía que la nuestra es una cultura de fiesta, de transgresión, de misterio que rompe la camisa de fuerza de la realidad y reconcilia por fin el raciocinio y la imaginación”.
 
Terminaría la experiencia conun concierto que vía redes conectócon medio planeta aLaura Guevara desde México, Jorge Glem desde Nueva York, Igor García desde Madrid, Alexis Cárdenas desde París,Chipi Chacón desde Valencia, España,Gonzalo Grau desde Madridy David Peña desde la querida Caracas como sala. Un gaitazo como colofón.En medio del jaleo, las palabras de quien fuera flamante pregón, el escritor catalánJorge Carrión: “Venezuela es una dimensión de mi vida y de mis lecturas”. ¿Algo así tiene punto y final?

Jaime Bello León, periodista vinculado a la cultura y promotor de ella, y vehemente amante de la ópera, y vocerode las buenas nuevas que procrea la UCAB,confesaría la emoción que le produjo esta nueva ediciónde la Feria del Libro, coordinada por el comunicólogo, profesor, investigador autor y lúcido Marcelino Bisbal, así comocompartiría lo bien que le ha hecho a su alma trabajar “bajo la sombra de este árbol de vigorosa fronda”, que es la universidad, como le dijera un día Antonio Pasquali, anticlerical y exizquierdista persuadido de que la Católica hace camino. “Uno tiene que levantarse cada mañana,tender la cama y persistir, mientras piensas convencido, como en un mantra, en que cada quien con su trabajo hace la diferencia”.
Institución educativa privada y tan abierta, e imbricada con el contexto, nada empingorotada y mucho menos aislada en algún olimpo —“no es en lo absoluto un club social”, redondea Jaime Bello—la UCAB se perfila como academia que valora el conocimiento así como la sabiduría, que no es lo mismo. Comprometida, invita a cambiar el menú de esta cena magra y triste.Acongeniar pensamiento crítico y buena fe, así como sueños volados con realidad, lo que equivale a “aumentar tu capacidad integradora de profesional en ciernes;ser útil”, agrega este otro Bello.

Oxford prepara la vacuna, la UCAB los antídotos. Tal es el plan 20-23. Tener respuestas.Así como se le rehúye y se le dice vade retro a la hostia en el sentido del bofetón,aquí solo se considera como comunión.








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