En las últimas semanas se registraron choques armados en la zona fronteriza del Estado Apure con ataques en la población de La Victoria y Arauquita en operaciones de irregulares, a las cuales no sería ajena la denunciada el jueves 8 de abril contra un campamento de La Guardia Nacional Bolivariana en Caripito (Monagas) con saldo de cinco agentes muertos con disparos en la cabeza. El Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López anuncio en consecuencia la activación de un equipo especial de combate que ya opera en la zona y señalo que con estas acciones “Colombia busca “tercerizar” el conflicto ahora con la utilización de grupos armados desprendidos de las FARC, mediante la siembra de minas antipersonas y cultivos de drogas”. La declaración de la instancia armada señala además que se trata de una ofensiva combinada del gobierno de Bogotá y el Comando Sur de Estados Unidos que mantiene bases y tropas en el país vecino.
OTRA FARC
Si bien se conoce desde hace años la presencia de la guerrilla colombiana a lo largo de la frontera venezolana con periódicas incursiones en territorio nacional, en este caso vale recordar que ya no se trata de “Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” fundadas y conducidas por largo tiempo por Manuel Marulanda Vélez “Tirofijó” sino ahora de varios grupos que usan la conocida denominación. A raíz de los “Tratados de Paz” firmados en 2016 por el gobierno de Juan Manuel Santos y el Grupo Insurgente se produjo la fractura de éste, en dos grupos importantes: “Fuerza Alternativa del Común (FARC) que actúa en el plano legal y más recientemente “Segunda Marquetalía” encabezado por Iván Márquez y Jesús Santric, quienes consideran frustrada la negociación y persisten en la lucha armada. Al mismo tiempo han surgido varios grupos o “ramales” que usan la denominación histórica pero que operan al servicio del narcotráfico y la delincuencia común, y que también serian utilizados por el gobierno para tareas “sucias”, teniendo como antecedente lo ocurrido con la llamada “contra” en la guerra centroamericana usada por Honduras contra el sandinismo nicaragüense.
“LA CONTRA”
A raíz del derrocamiento de la dictadura de Somoza y el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979, funcionarios del régimen depuesto y sectores progresivamente descontentos del rumbo tomado por el proceso revolucionario organizaron con asistencia directa de la “CIA” grupos armados que a lo largo de diez años realizaron ataques e incursiones a Nicaragua para derrocar al sandinismo. Si bien no ocurrió un conflicto convencional la presión sistemática y armada de los “contras” debilito al gobierno de Daniel Ortega y lo obligo a convocar elecciones y reconocer su derrota en 1990, poniendo término a la etapa revolucionaria sandinista que comenzó once años antes. Su regreso a la presidencia en 2007 y luego de varias derrotas, se dio en un marco distinto al viejo e histórico sueño de Augusto Cesar Sandino y más próximo al condenado continuismo de la dinastía de Anastasio Somoza García, casualmente el asesino en 1934 del “general de hombres libres”
“ACCIONES MUSCULARES”
El 26 de enero de 2019 Eliot Abrams fue nombrado por Donald Trump como enviado de Estados Unidos para Venezuela, y según el Secretario de Estado Mike Pompeo “para restaurar la democracia”, a los días de ser anunciada la “Operación Libertad” encabezada por el Presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaido. Abrams, junto John Bolton ahora en el Consejo de Seguridad Nacional, Oliver North (jefe de la operación “Irán-Contra” en 1985) Roger Noriega y John Negroponte integraron un equipo para diseñar un formato de intervención que técnicamente “bypaseara” lo impuesto por el Congreso después de la derrota de Vietnam “para iniciar guerras directas contra países como Nicaragua”. Luego de la experiencia con los “contras” hondureños Abrams como principal operador en el escándalo Irán-Contra, debería aplicar lo que suele llamar “acciones musculares” en la Venezuela gobernada por Nicolás Maduro.
“TODAS LAS OPCIONES…..”
En esos días, Abrams solía repetir al igual que Pompeo que “todas opciones están sobre la mesa” y el ambiente también autorizaba el optimismo. la principal dirigencia opositora había amarrado su estrategia a la decisión de la Casa Blanca; el gobierno alterno de Guiado, como en los meses de la “Gran Colombia” instalo su sede en Bogotá y ciertamente todas las jornadas siguientes: “Ayuda Humanitaria” (23 de febrero 2019), asonada fallida (30 abril 2019 ) y “Operación Gedeón”( 2 mayo 2020) fueron asumidas por núcleos opositores cívico-militares en suelo colombiano y la embajada de Estados Unidos en Venezuela se traslado de la “Sultana del Ávila” a la eterna neblina bogotana. En ese contexto se inscriben las recientes acciones de Apure que en criterio de Maduro y el alto mando militar anuncian la presencia de una “contra” que estaría encabezada por los guerrilleros disidentes Gentil Duarte y “alias” Nando a nombre de las ya históricas brigadas de las FARC. Como una respuesta el jueves 8 el presidente Iván Duque se dirigió a la Unión Europea para solicitar aumentar la presión “para una transición y elecciones verificables en Venezuela”. Después de lo ocurrido en dos años tendría por qué extrañar la aventura guerrillera de unos “contra” en una zona donde de por si impera la violencia?
A continuación, análisis del periodista Manuel Felipe Sierra
Análisis sobre los Enfrentamientos en Apure -YouTube