María Eugenia Mosquera: Valores, valentía, Vale TV
Bulevar 20/12/2020 08:00 am         


La ganadora del premio Periodismo Cultural que otorga el Museo de Arte Afroamericano y la escuela de Artes de la UCV entiende que la esperanza y el futuro se construyen



He aquí la historia de la historiadora.Cautivada conla idea de poder averiguar cuáles circunstanciasapresuraronestos hechos, o cómo es queocurrióaquel despropósitoo prodigio inesperado que produjo un cambio de perspectivas, o de qué maneradeberíamos interpretarlo uno y lo otro—lo queal final tiene que ver con conocernos—,María Eugenia Mosquera,engolosinada, pues, con la Duda como fuente de sabiduríase decantó por los estudios de Historia. “Quería especializarme en Investigación, así que me inscribí en la Central”.Sesera organizada y vivaz, a los 20, estudiando y ya trabajando en la Academia Nacional de la Historia da el siguiente paso.


No conforme con entender qué pasó, cómo y por qué,añadirá a su pasión por hallar respuestasel afán por compartir lo descubierto. Así, su pasión arqueológica por indagar e ir al fondo de las cosas,convertida enpensum,hizonatural maridajecon el periodismo. “Le propuse a Guillermo Morón, a cargo de la institución, la idea de producir contenidos para difundir nuestras hazañas y nuestras ocurrencias, así comenzó el programa La Academia sale a la calle”. Asignaturas que se emparentan —recordarla peli The Post cuando Meryl Streep, en el rol de dueña del medio que se arriesga a desenmascarar al mismísimo Presidente de Estados Unidos,dice la célebre línea de que el periodismo es el boceto de la Historia—, por ese enlace vocacional y porque es tenaz y comprometida,María Eugenia Mosquera está donde está. Dirige Vale TV y acaba de recibir el premio Periodismo Cultural y Ciudadanía, tercera edición, que otorga el Museo de Arte Afroamericano de Caracas en alianza con la Escuela de la Artes de la UCV.


“El pasado es una fuente de información, interesante detectar en sus procesos y desarrollos lo que puede servirnoscomo herramienta para leer el presente y diseñar el futuro que ya, en este momento,estamos construyendo cada uno de nosotros”, agradecerá así el reconocimiento. Elegante de maneras y fuerte de temple, esta caraqueña que adora la luz de la ciudad y cocinar en los ratos libres que no tiene —“no tengo tiempo ni para deprimirme”—agregará que lo que más ama es confirmar las maravillas de nuestro gentilicio. “La riqueza fundamental del país somos nosotros, señores, somos la mejor reserva y el mejor patrimonio, y por eso somos quienes conquistaremos el cambio que merecemos”, y añadirá: “Estamos en crisis pero no confundamos tecnología con avance, una cosa son las herramientas y otra los contenidos, producir y transmitir lo mejor es el reto creativo que urge”. Eso va tanto para Vale TV como para los llamados guerreros del teclado.


Su carrera cabalgará entoncesentre la fascinación por la literaturaque explica los procesos humanos—los geopolíticos sonlos favoritos de sus neuronas—, y su difusión en medios de comunicación. Es lo que tiene entre ceja y ceja al incursionar en la radio —RQ910— donde además de escribir los textos fue voz comprometida,cada noche a las nueve,deUn país llamado Venezuela. Estudiosa y con una pronunciación sin titubeos de cada consonante y cada vocal,tuvo compañeros de cabina tan linajudos como Elías Pino Iturrieta.


Con una maestría en marketing que potenció su mirada panorámica con la que cose los tiempos, el ayer y lo que avizora sin perderle pista a la actualidad,y que amplió sus intuiciones en materia de comunicación, enfocará sus afanes en lo que es su obsesión: decir con sentido. La calidad del mensaje. Velarporque llegue a todos los oídos posibles lo suculento. “Sé que la televisión se creó para entretener pero ¡cuánto se dice o no sin decir!”, lanza, “¿cuánto de nuestro imaginario no se ha construido con este referente de presencia íntima y persuasiva que ha estado por más de 50 años en nuestra sala enviándonosrecados?”. Súmense a los medios, las redes y lo tanto y tan seguido, difícil de digerir: campañas tendenciosas, neolengua, posverdad, hegemonía comunicacional, tuits y tuiteros rabiosos. La náusea, no la empatía, es lo que salta a la vista y enceguece. Ella intenta, con persistencia, la convocatoria. La esperanza.


Ese paneo por el paisaje mas mediático que es una toma de conciencia de la ex coordinadora de medios de editorial Planeta y autora del libro La Madame—reportaje enjundioso sobre un personaje caraqueña que acarició con su piel la piel del poder— y de ensayos publicados en revistas especializadas, María Eugenia Mosquera convertirá en plan y estrategia comunicar lo que puede abrir los ojos, lo que nos pueda ayudar a ser mejores, lo que vale. Que no se trata de convencer evangelizando sino de conminar a pensar, o como le diría monseñor Ignacio Velasco García: “La mejor evangelización es la cultura”. Es lo que ella también cree a pies juntillas. “El conocimiento da responsabilidad y ofrece libertad, tener criterio propio te planta como ser humano en la sociedad”.


Su cruzada es crear conciencia sobre el poder que supone asumir como meta o mejor como boya y catapulta, el saber. Disponiendo de saberes y puntos de referencia tendríamos a disposición el mejor antídoto o contrapeso para entender la realidad sin imbuirnos de sus rasgos patológicos y patéticos, aquí y en el planeta: desinformación, fanatismo, populismo, caudillismo, xenofobia, sectarismo, clasismo, individualismo, racismo, totalitarismo y demás padecimientos. “Vale TV, el canal del conocimiento, el que es el mundo en un solo canal, como nos identificamos, es contraoferta con ciencia, con arte, con ideas fecundas, con pluralidad: la prueba son los programas de procedencias diversas, de Francia, de la Fundación Japón, de las cadenas Deutsche Welle alemana o de la BBC de Londres que transmitimos fruto de nuestras alianzas: más amplitud imposible”, desliza convencida de la audiencia y de que tal es la vía. “Nos enfocamos en realizar en casa y seleccionar producciones educativas y culturales foráneas que sean fuente de ilustración y difundan valores, y permitan la conexión humana desde la amplitud y la tolerancia, es decir, la paz”.


Quien también trabajara en el grupo Cisneros, donde fue vicepresidente, es una sor Juana de Arco contra los prejuicios, que entiende la subjetividad, pero no comparte el tomar partido desde lo visceral, desde las pulsaciones reactivas, desde las razones hepáticas. Nada de dardos o pedradas,o imaginativas historias sin confirmar. Es su capacidad de atravesar con su mirada acuciosa las contingencias de la época y sus derivas lo que la hace defensora de un mundo sin trincheras, hipnotizado o hipotecado por falsas candilejas. Evade el rating que da la guerra. Vale TV, voz de la Iglesia Católica, no pontifica. Propone menos espinas y más fraternidad.


Emisora que entra en la grilla de señal abierta el 4 de diciembre de 1998, nace con apoyos de otros canales locales y se sostiene con fórmulas de financiamiento mixtas: autogestión, mecenazgo y colaboraciones, mercadeo y transmisión de mensajes de contenido social y milagros. Diferencia que se marca para unir, se propuso desde el primer día constituirse, puertas adentro, en escuela de formación así como lo dicho como mantra: elevar el nivel de lo que vemos y oímos. María Eugenia Mosquera es su progenitora. Elaboró el concepto Vale TV en vuelos de avión y a toda máquina, como ella, que trabaja sin parar, 24/7 por esa su causa parida, porque cree en Venezuela.


“Soy atípica”, confiesa. Busca que el canal ubicado en la misma colina de La Salle junto al Ateneo, Venevisión, la otrora Emisora Cultural, ay, y hasta de la sede del Miss Venezuela—¿no podría un día no tan lejano funcionar esa cima de arte y cultura pop como un Montmatre criollo, turístico y divertido?—seduzca a las audiencias con erudición y sapiencia, y no le interesa figurar ni el besamanos.Lee con voracidad y le gusta la música venezolana, arpa cuatro y maracas. Y ama la democracia:“Cada programa es escogidopor su calidad, no hay espacios de relleno, y nunca le he dicho que no al entrevistado de otros conductores y anclas; no vetamos, y mucho menos tenemos odios, yo no entiendo de eso”.


¿Orientación? La línea es la calidad, y la calidad para todos. “No pensamos en públicos sino en una audiencia diversa a la que reunimos, no fraccionamos, no nos dirigimos a la gente distribuyéndola por su capacidad adquisitiva, target, posibilidades socioeconómicas o clases como constelan las ideologías o la publicidad, sino creyendo en que todos podemos tener la misma avidez de belleza y de sabidurías”. Tiene una suerte de decálogo con el que convive. Es una especie de armazón que sostiene el sueño. Ética es el primer enunciado. Desde allí decide, avanza, crea.


Con fe y 25 personas en Caracas y cuatro operadores en Mecedores, no llegan a ser 30. Austera la nómina, no obstante, Vale TV se hace sentir. Es oasis, no tibieza anodina; es el “cable de los pobres” y la opción que libra por todos, sin desmayar. De hecho, María Eugenia Mosquera anuncia renovación técnica y más fidelidad de transmisión tras la adquisición de nuevos equipos que modernizarán la señal en breve. Los contenidos, los mejores, eso queda igual, concede la influenciadora que siempre apuesta a la optimización; acaso por eso recomienda leer los clásicos, Quevedo u Ortega y Gasset. Pero también a Manuel Caballero, por ejemplo, a quien repasa ahora mismo. Aunque acaba de comenzar el nuevo libro de Karl Krispin que publica Oscar Todtmann editores ¿Es posible leer la montaña mágica en nuestros días? Buena pregunta, buen título, buen libro.








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